El personal de la funeraria y de la Policía Local de Sant Anton, junto al cadáver. Fotos: MARCO TORRES

B. ROSELLÓ Juan V., de nacionalidad checa y de 52 años, es la octava muerte que se cobra el mar de las Pitiüses en lo que va de año. La víctima, Juan 'el checo', como lo conocían en el municipio de Sant Antoni, donde residía desde hace ya varios años, falleció ayer en la playa de s'Arenal tras supuestamente ahogarse, tal y como informaron fuentes del 112.

Al parecer, el cuerpo fue encontrado poco antes de las 11'00 por los primeros bañistas que llegaron a la zona y minutos antes de que se abriera el puesto de socorristas, aunque su muerte, presumiblemente, se produjo a primera hora de la mañana. Según fuentes de la investigación, Juan 'el checo' llegó a la playa de s'Arenal tras una noche de ingesta de alcohol. La víctima encontró la muerte cuando se dispuso a bañarse en las aguas de la bahía de Sant Antoni, según fuentes policiales, que calificaron los hechos de extraños ya que el nivel del agua sólo le llegaba por las rodillas. Hasta el lugar de los hechos se trasladaron agentes de la Policía Local de Sant Antoni y de la Guardia Civil así como una ambulancia del 061, que ya no pudieron hacer nada por salvar la vida de Juan 'el checo'.

Esta nueva víctima mortal es la octava ocurrida por ahogamiento en lo que va de año. El útlimo suceso se produjo el pasado 28 de julio con la aparción de un hombre de nacionalidad argelina en los acantilados del mirador de Vila. Esta última víctima fue avsitada por un turista desde el Ayuntamiento de Vila, que se encargó de avisar a las fuerzas de seguridad. A esta lista negra también hay que sumarle el cuerpo sin vida de Borja Quesada, un joven andaluz y experto buceador, que encontró la muerte en la zona de es Porroig, en Sant Josep. Los cuerpos de otros dos ciudadanos de nacionalidad británica y alemana, respectivamente, también aparecieron uno en el municipio de Sant Antoni y otro en Sant Miquel durante el mes de mayo. Estas dos últimas muertes dieron más de un quebradero de cabeza a los investigadores de la Guardia Civil, puesto que no lograron indentificarle hasta que no llegó a la costa el segundo cadáver, tío del primero y que llevaba su documentación. Mayo terminaba también con una joven turista birtánica fallecida en la piscina del hotel en el que se hospedaba, situado también en Sant Miquel. En total son ya seis las muertes registradas en el mar mientras que otras dos se hallaron en las piscinas de dos establecimientos hoteleros.