La Policía Nacional tuvo que realizar numerosas pesquisas en ses Figueretes para averiguar la identidad del fallecido.

La investigación policial se centró en los ambientes marginales de la isla para identificar el cadáver de M.J.G., de 41 años y natural de la localidad jienense de Linares, después de que se lograra tirar de un filo hilo obtenido tras desmenuzar una pista hallada en la casa donde apareció el cadáver y cuya naturaleza concreta no ha trascendido. La autopsia también ha descartado, tal y como se pensó en un principio, que hubiera alguna circunstancia criminal o violenta en la deceso de esta persona, un hombre que llevaba varios años residiendo en Eivissa y que no tenía domicilio ni oficio conocido.

Las primeras pesquisas toparon con un muro al no haber ningún indicio claro que pudiera llevar a aclarar quién era el varón de mediana edad cuyo cuerpo sin vida fue hallado la semana pasada en la cocina de un piso de la calle Galicia de ses Figueretes. Los agentes no encontraron en la vivienda ningún documento acreditativo sobre dicha persona y averiguaciones inmediatas que se efectuaron revelaron que este hombre tampoco guardaba relación alguna con el propietario real de la vivienda.

El cadáver de M.J.G. fue descubierto sobre las once de la noche del pasado día 5 después de que un vecino se topara con la puerta del domicilio abierto y decidiera dar aviso a la Policía Local de Eivissa. Los agentes locales hallaron el cuerpo sin vida de dicha persona tumbado en la cocina pero entonces era una incógnita hasta la posible nacionalidad del difunto. El Cuerpo Nacional de Policía se hizo posteriormente cargo de las investigaciones y dio parte al juzgado de las pocas pistas que se habían podido recoger. El juez instructor, al parecer el titular del número 4 de Eivissa, el magistrado Santiago Pinsach, ordenó, pese a ello, que se realizaran nuevas pruebas encaminadas a aclarar la relación del fallecido con la casa, así como las circunstancias de su muerte. En este sentido, los agentes de Policía Judicial intensificaron sus esfuerzos en ambientes marginales de Eivissa hasta aclarar la identidad del fallecido una vez que también se supo que dicha persona bien pudo ir a la casa donde murió tras conocer que allí solía alojarse, con residencia eventual, un conocido suyo.