Los testimonios recogidos entre las primeras afectadas que han declarado en el juzgado por la pareja acusada de drogarles para grabar las orgías son, por el momento, coincidentes.

Encerradas supuestamente en el sótano donde tenían lugar los «experimentos» de la pareja y conminadas a beber alcohol con copas en las que probablemente se hubiera echado alguna sustancia más, aparte de las drogas que «invitaban» a tomar a sus víctimas.

Estos son algunas de las circunstancias posibles que investiga el juez de Eivissa que se está encargando de instruir el caso de la pareja de Sant Antoni que fue detenida por la Guardia Civil acusada de citar en su domicilio a modelos para que participaran en un experimento para controlar la micción y que acababan siendo presas de grabaciones en orgías en las que presuntamente participaba la pareja.

El juez ya ha recogido los primeros testimonios de algunas de las afectadas en sede judicial, entre ellos al menos el de una menor de 16 años cuando ocurrieron los hechos. La adolescente, al parecer, relató que se había despertado sin su ropa interior y dio otros datos coincidentes con las de otras mujeres. Todas de ellas coincidieron en señalar que estaban «atrapadas» y sin poder salir del sótano del edificio Posidonia donde se tomaron las imágenes, grabaciones, por otro lado, de malísima calidad y saturadas de volumen por música de «ambiente». Por ello, se sospecha que todas las víctimas hubieran sido encerradas una vez que accedían a participar en el experimento. Además, todas ellas también mostraron sus sospechas de que los acusados hubiera añadido alguna sustancia opiácea en las bebidas que les daban. En este sentido, algunas señalaron que la cantidad bebida no era de por sí normal para que ellas perdieran el conocimiento. F.C.T. y P.A.M.M., esta última una mujer que se dice hace todo lo que le ordena su compañero sentimental, fueron detenidos a principios del pasado mes de agosto después de que una de la afectadas, una modelo argentina, denunciara lo que le ocurrió en un sótano de una casa de la carretera de Cala Gració tras contestar un reclamo en prensa. La Fiscalía pasó el caso a la Guardia Civil y en agosto se concretó la detención de la pareja después de que agentes del área de investigación de puesto de Sant Antoni se incautaran de 90 grabaciones realizadas en cámaras ocultas que los sospechosos guardaban en discos duros de ordenadores y otro material informático. Las pesquisas del instituto armado, en lo que se denominó operación «Pingüino», arrojaron nuevos resultados tras localizar al menos a 14 mujeres de distintos puntos de España que finalmente quisieron denunciar.

La información recogida por este periódico apunta que durante la investigación policial y judicial los acusados explicaron que estaban utilizando tecnología traída de Norteamérica con la idea de comercializar en España un nuevo producto para personas con problemas en el control de la orina. Las personas que contestaron a su anuncio de prensa eran contratadas para cobrar 90 euros por sesión y, como ya se informó, se les pedía que tomaran alcohol antes de ir a la casa. Luego, era invitadas a más copas y explícitamente a tomar drogas desnudas. Para entonces ya se encontraban cubiertas de cables y participando en un extravagante experimento. Cuando se despertaban, se daban cuenta que de estaba participando en juegos sexuales de la pareja.