Dos especialistas del servicio del 061 se disponen a atender a los dos huelguistas, que hoy comienzan su sexto día sin comer. Foto: IRENE .G. RUIZ

Santiago Lucas, el abogado de Juan José Peciña y Juan Manuel Miranda, se mostró ayer «profundamente indignado» por la actitud de los Juzgados de Eivissa en relación con el caso Barceló. «Me ha molestado mucho la nota del TSJ, lo considero un brindis al sol, está muy claro que pretenden amortiguar y engañar a la opinión pública, una vez más quieren reírse de esta gente, porque esto mismo ya ocurrió hace dos años».

Peciña y Miranda, dos de los cerca de veinte afectados por el derrumbe del edificio Barceló el 27 de enero de 2001, emprenden hoy su sexto día de huelga hambre apostados en la puerta del edificio judicial de Eivissa. Aseguran que hasta que no les den un fecha para el juicio, continuarán así. Siguen pagando la hipoteca por los pisos que se derrumbaron y no han tenido noticias de la Justicia. Anteayer el TSJ envió una nota a los medios de comunicación en la que «la juez competente en las Diligencias Previas número 179/01 del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Eivissa ha finalizado el trámite de acusación y este mismo día [por anteayer] se ha dictado auto de apertura del juicio oral». Se añadía que «para la realización de los correspondientes escritos de defensa el trámite se verificará simultáneamente por copia (3.000 folios que obran en la causa), en lugar de sucesivamente por traslado material de ésta» y «que finalizados los trámites necesarios la causa será remitida al Juzgado de lo Penal que corresponda, quien decidirá sobre la celebración del juicio».

«Tergiversar»

El abogado de los huelguistas denunció ayer que «esto mismo fue lo que se hizo el 27 de febrero de 2007 y lo que están haciendo ahora es tergiversar la realidad, se transpira que no hay buena fe». Lucas, un experimentado abogado de 60 años de edad, asegura que, en el caso de que mañana no se dé una fecha para el juicio, vendrá de Madrid a Eivissa para declararse en huelga de hambre y sentarse, togado, junto a sus defendidos en la puerta de los juzgados. La juez de Primera Instancia número 1 manifestó el martes que en «dos o tres meses» podría comenzar el juicio en los juzgados de lo Penal, pero Lucas asegura que ése es el plazo para que las diligencias lleguen al juzgado competente: «Ya con la experiencia previa de la dilación de la otra vez, que nos prometieron lo mismo, no hay garantías de nada».

El abogado recordó ayer que nadie del Ayuntamiento se ha interesado por los huelguistas, «máxime cuando ellos son los responsables [del hundimiento] por omisión», ya que, según el letrado, «no vigilaron, no había licencia y el arquitecto municipal colaboraba con Barceló». «Está bien que la alcaldesa vaya a Madrid a Fitur, pero este caso también es muy importante», dijo. Lejos de ayudar, un agente local puso una multa al coche en el que se cambian de ropa los huelguistas.

Juan José Peciña y Juan Manuel Miranda reclamaron ayer un mínimo control médico una vez cumplido su quinto día tomando tan sólo agua y bebidas isotónicas. Una ambulancia del servicio del 061 se presentó en el lugar y el personal les tomó la tensión y les midió el nivel de azúcar en sangre. De los análisis se dedujo que Peciña está más débil que Miranda y los especialistas les advirtieron de que a partir de este momento es cuando pueden empezar a surgir los problemas físicos. Les recomendaron que se protegieran del frío, ya que puede resultar mucho más peligroso ahora que se encuentran débiles. Además de al frío y al hambre los huelguistas se enfrentan a las amenazas. Amigos suyos que les acompañan por la noche desde que un hombre les amenzó con quemarlos vivos lograron retener a esta persona, que de nuevo se acercó anteanoche a los huelguistas con amenazas. En un principio los agentes que patrullan por la zona no lo detuvieron porque Peciña y Miranda no habían denunciado, pero anoche el primero de ellos fue a Comisaría a presentar denuncia y la persona que les amenazó volvió a presentarse en el lugar. Fue entonces cuando la policía le arrestó. Se trata de un hombre de nacionalidad marroquí, A.A., de unos 35 años de edad, que ayer fue puesto a disposición del juez de guardia.