El fiscal pidió ayer 3.000 euros de multa y el pago de una indemnización de 1.192 euros para un vecino de Sant Antoni al que se acusa de un presunto delito de fraude eléctrico después de que supuestamente manipulara el contador de luz de la casa de Can Canova en la que estaba alojado como inquilino para no hacer frente a las facturas de Gesa/Endesa. El sospechoso, que acabó siendo desahuciado, afirmó en su juicio, celebrado en el juzgado de lo Penal 2 de Eivissa, que el pagó las cantidades que le pidió el dueño de la vivienda pero que éste no le entregó ningún recibo. Además, manifestó que él mismo fue a Gesa, al parecer un año después de su desalojo, para denunciar un fraude que él atribuyó al propietario de la casa, persona a la que también acusó de «meter mano» a su mujer.