Una vecina de Formentera aceptó ayer una condena de privación del derecho a conducir durante dos años y el pago de una multa próxima a los mil euros después de haberse estrellado contra otro coche en un accidente ocurrido cuando ella había ingerido alcohol.

«Pero quiero aclarar que no iba como un tonel», dijo la acusada después de que se dictara sentencia y la juez Clara Ramírez de Arellano le permitiera hacer unas aclaraciones a su caso.

La acusada relató entonces que sufría un trastorno bipolar y que, por ello, tomaba litio en ocasiones. «Esta vez bebí dos cerveza y por eso parecía que iba muy bebida», comentó. Añadió, además, que fue incapaz de someterse a la etilometría porque «nunca he hecho esta prueba y no sabía soplar. Fue así y no porque no quisiera hacerla. Decliné el análisis de sangre porque tengo pánico a la aguja», agregó.