La juez Clara Ramírez de Arellano dejó visto para sentencia el caso de dos jóvenes de Toledo que fueron detenidos el pasado 27 de julio después de que supuestamente agredieran en la calle es Caló de Cala de Bou a un oficial de la Policía Local de Sant Josep después de que uno de ellos presuntamente intentara torear al coche de camuflaje en el que iba el agente. El oficial, que iba uniformado, recibió varios puñetazos y una patada en los testículos, según consta en el atentado.

Ambos sospechosos se enfrentaban una pena de un año de cárcel y a una multa de mil euros por las lesiones que se les imputan.

Versiones

«Los únicos agredidos fuimos nosotros», dijeron en la vista oral los acusados. Según su relato, el primero de los jóvenes, que no reconoció haber intentado torear ningún coche, iba «haciendo el tonto por la calle después de haber bebido mucho». Fue en ese momento cuando «noté un golpe y caí al suelo. Ya no recuerdo nada», dijo el joven que motivó la intervención policial.

El otro acusado relató que al ver a su amigo golpeado «por un desconocido que salía de un coche», salió en su defensa. Sin embargo, afirmó que se limitó a «separarlos».

El oficial afectado, por su parte, precisó que no tuvo opción a identificarse como policía hasta que pudo salir del coche. «No me dejaba abrir la puerta. Cuando pude hacerlo me lo quité de encima dándole un sopapo, le empujé, tropezó con un bolardo y se cayó. Entonces me identifiqué», explicó la víctima.

Éste, además, indicó que el joven que estaba en el suelo le dijo a su compañero: «Qué dices de llamar a la policía. ¿Es que no ves que él está uniformado? Él es la policía».