Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía, frente a la sucursal asaltada ayer por la mañana. Foto: TONI MILIÁN

Una banda posiblemente de origen sudamericano salió ayer de la sucursal bancaria de Bancaja de Platja den Bossa, en la avenida Pedro Matutes Noguera, con un botín de 45.000 euros después de que uno de sus miembros fingiera un vahído y, aprovechando la confusión, otro de sus integrantes se apoderara de un sobre con dicha cantidad que había en el interior de uno de los despachos de la oficina. El modus operandi del grupo, al parecer, ya era conocido por la policía, aunque hasta ahora no había trascendido ningún robo ejecutado en la isla de esta manera.

El golpe se perpetró sobre las doce y media de la mañana cuando había al menos una decena de clientes en la sucursal que era atendida por dos empleadas. Según la información recogida por este periódico en el lugar de los hechos, los clientes aguardaban su turno cuando cuatro personas, una mujer, una pareja y otro individuo ataviado con una gorra, accedieron al inmueble. Algunas fuentes conocedoras del caso, sin embargo, señalaron la posibilidad de que el grupo hubiera, incluso, pedido una cita para poder realizar una gestión bancaria. Otras señalaron que un joven precisamente esperaba en la oficina para recoger el sobre que los ladrones se llevados.

Pasados unos minutos, y cuando los clientes se impacientaban porque llegaba la hora de cierre, la mujer que había entrado con el resto del grupo, una persona gruesa, se dirigió hacia el exterior y fingió un desmayo. Fue en ese momento cuando otras de las personas que supuestamente la acompañaban montaron un revuelo y comenzaron a pedir a gritos agua y a decir que era necesario actuar con rapidez porque la afectada necesitaba tomarse enseguida unas pastillas a causa de una grave dolencia que sufría. En ese momento una empleada se hallaba en la caja y la otra cambiaba continuamente de dependencia realizando distintas gestiones.

Captada la atención de todas las personas que había dentro de la oficina, los integrantes de la banda se dispersaron con rapidez. Clientes que fueron testigos de lo sucedido explicaron que todo fue muy rápido y que alguno de ellos fue visto transitando por detrás de las mesas.

Rapidez

«Lo extraño de todo fue que casi nadie vio nada concreto. Parece como si supieran la existencia de ese sobre y fueron directo hacia él», explicó uno de los clientes. El robo fue descubierto cuando la banda, por sorpresa, y, al parecer, sin realizar la gestión por la que habían pedido la cita, abandonó la sucursal. Momentos después, una de las trabajadores dio el grito de que había desaparecido del despacho un sobre con 45.000 euros que tenía listo para su entrega, según oyeron varios testigos durante los preliminares de la investigación.

Desde el banco se dio aviso a la policía y en unos segundos la zona se llenó de coches patrullas de la Policía Local y de Comisaría. El banco quedó cerrado y los agentes comenzaron las averiguaciones mientras se iba interrogando a los clientes que quedaban y se les iba dejando salir uno a uno.