Apresado por supuestamente amenazar de muerte a una taxista en Sant Antoni y juzgado como sospechoso del robo de un teléfono móvil que pertenecía a un joven del País Vasco que, al parecer, fue sustraído en una discoteca de Platja den Bossa.

Así acabó ayer un joven de Barcelona que tuvo que sentarse en el banquillo acusado de un supuesto delito de hurto por un suceso ocurrido el pasado 26 de agosto en Sant Antoni. El sospechoso fue detenido por la Policía Local de Santa Antoni después de que los agentes recibieran el aviso de que una taxista se viera obligada a encerrarse en su vehículo cuando supuestamente había sido amenazada de muerte, según la información recogida por este periódico. «Tuvo que poner los cuatro seguros. Fue una situación muy violenta para ella», señaló uno de los policías.

Los agentes posteriormente intervinieron al sospechoso tres anillos y dos teléfonos móviles. Según la declaración prestada ayer en el juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa por los policías que intervinieron, el acusado no dio explicaciones convincentes sobre uno de ellos cuando se le preguntó por unas fotos que había en su interior y en las que se recogían imágenes de unos perros y de un coche. Todas las dudas se disiparon cuando uno de los agentes llamó a uno de los número de teléfono que figuraban en la agenda del teléfono y que confirmó desde el País Vasco que dicho móvil había sido perdido en Eivissa.

En un hostal

El acusado, sin embargo, aseguró que la Policía Local sólo le requisó un teléfono móvil que portaba y que el otro lo cogieron de una habitación del hostal en el que se hospedaba, dependencia en la que se alojaba con otro grupo de personas.

Los agentes, por contra, aseguraron en el juicio que el sospechoso les dijo desde el primer momento que ambos teléfonos eran de su propiedad.