La jueza María Risueño, responsable accidental en su día del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, ha dictado una sentencia absolutoria en el caso del paparazzi que fue juzgado el pasado mes de julio acusado de arrojar al mar el equipo fotográfico de un compañero de prensa cuando ambos tuvieron una disputa mientras ambos esperaban la llegada del barco del presentador Pepe Navarro al puerto de Marina Botafoch.

Según la información recogida por este periódico, la decisión se ha adoptado después de que la jueza observara múltiples contradicciones en el testimonio de las personas que declararon sin que se concretara con exactitud lo que realmente ocurrió el 20 de julio de 2006, cuando se produjo la pelea.

El acusado, un hombre que entonces trabajaba para la agencia Enfoque, se juagaba hacer frente a una cantidad que entre multas e indemnizaciones se elevaba a los 7.000 euros. El afectado aseguró que el equipo perdido valía cerca de 2.000 euros.

Durante las distintas declaraciones que se efectuaron durante el día del juicio, hubo otro testigo, compañero de profesión del acusado que apoyó por completo la versión del paparazzi que tuvo que sentarse en el banquillo. Ambos afirmaron que la cámara y los accesorios cayeron al mar accidentalmente en la refriega.

Los protagonistas de este suceso, al parecer, ya habían tenido problemas entre ellos anteriormente. Navarro era entonces perseguido por la prensa del corazón después de que durante el mes de febrero fuera fotografiado en Evissa en compañía de la diseñadora Vicky Martín Berrocal cuando el presentador esperaba un hijo de otra mujer con la finalmente que contrajo matrimonio tiempo después también en Eivissa.