La Fiscalía ha descubierto una trama de corrupción en el Servei de Joc de la conselleria d'Interior y ha apartado de sus funcionarios a un funcionario clave en el funcionamiento de esa sección. El dinero defraudado asciende a una cantidad importante y la investigación ha revelado que algunos funcionarios recibían viajes, cenas y otros regalos de empresarios del sector del juego.

La red de corrupción se habría tejido durante la pasada legislatura, pero el principal implicado no fue relevado hasta el mes de septiembre. Coincidió con el final como consellera de María Àngeles Leciñena y la llegada de Pilar Costa, actual responsable de la conselleria Innovació, Interior i Justicia. El Servei de Joc es el encargado de controlar los establecimientos públicos y las actividades recreativas en bares o bingos.

Hace más de medio año, aproximadamente, llegaron algunos datos a los investigadores que hacían pensar que uno de los funcionarios encargados de tramitar el pago de tasas estaba filtrando información privilegiada a ciertos empresarios del sector. Las diligencias, que se han llevado a cabo con el máximo sigilo, no sólo confirmaron la estrecha relación del empleado público con esos industriales, sino que había recibido dádivas como viajes a Cuba gratis, cenas en restaurantes o botellas del mejor champán por navidad.

La investigación continuó y detectó que el funcionario podría haber actuado en connivencia con otros empleados del Govern, aunque este extremo está todavía por determinar. Hace unas semamas la conselleria expedientó al sospechoso y le apartó de sus servicios en el departamento del Juego.

El fraude todavía no está cuantuificado, pero las cantidades que ha dejadod e ingresar Hacienda son importantes. El fraude consistía en que los empresarios con máquinas recreativas o bingos deben personarse en la conselleria para tramitar sus documentos. De esos trámites se da cuenta al Fisco, que después impone las tasas correspondientes.

Regalos

Sin embargo, el funcionario -supuestamente- simulaba que recibía esos documentos, pero luego no los archivaba, por lo que los empresarios se ahorraban el pago de las tasas. A cambio, también presumiblemente, recibía los regalos.

Otro dato descubierto es que si bien algunos empresarios se beneficiaban de estos cohechos, otros recibían un trato totalmente distinto. Casi, incluso, hostil por parte del funcionario investigado.