La Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos, dependiente de la Dirección General de la Marina Mercante, resolvió que todos tuvieron su parte de culpa en el accidente ocurrido en agosto de 2002 en ses Illetes y que le costó la vida a dos jóvenes que iban con otra en una moto acuática que chocó contra un catamarán de lujo. Según la investigación de esta comisión, ambas embarcaciones iban a excesiva velocidad y sus tripulantes no mantenían la vigilancia necesaria en la navegación.

El informe en el que se resuelven estas cuestiones recoge que la Indian Head había salido de la playa de ses Illetes con rumbo oeste y a gran velocidad. La moto en la que iban las jóvenes se aproximó al costado de babor de éste y lo abordó golpeándolo en la parte de babor del patín o casco de estribor. El catamarán pasó por encima de la moto y sus ocupantes.

La investigacion también resuelve que el estado de la mar, con marejadilla, y la buena visibilidad que había en el momento del siniestro son factores que no influyeron en el curso de lo ocurrido.

Sin maniobras

Además, se señala que no hay ningún indicio que haga suponer que los patrones de las embarcaciones implicadas hicierna algún tipo de maniobra para evitar la colisión. De ello se desprende que ninguno valoró el riesgo de abordaje hasta que éste ya era inevitable.

La Comisión Permantente, en un informe de febreo de 2006, a tenor de este siniestro, recomienda aumentar una «eficaz vigilancia» en las zonas donde se concentren embarcaciones de recreo e incrementar la información, con campañas, bandos o edictos para que los usuarios de las motos acuáticas se mentalicen de los peligros que corren.