El accidente se produjo en el Don Pedro Eivissa unos dos años antes de que se hundiera en es Daus. | Efe

El Ministerio Público solicita una pena de tres años de prisión para el representante legal de la empresa Lerma Sorel S.L., J.A.L.G., que es la compañía amarradora del Don Pedro, el buque de Iscomar que se fue a pique en Eivissa hace tres años, por un presunto delito contra el derecho de los trabajadores en concurso con otro de lesiones por imprudencia grave. La misma pena y por el mismo delito se pide para el jefe de máquinas del Don Pedro, F.R.M.

La Fiscalía de Eivissa hace responsables a estos hombres de un accidente laboral ocurrido en el barco el 6 de abril de 2004 en el que un alumno de máquinas perdió dos dedos y un tercero le quedó gravemente afectado. Por las lesiones sufridas, el Ministerio Público reclama a Lerma Sorel S.L., como responsable civil subsidiaria, una indemnización de 100.000 euros. El caso, instruido por el Juzgado de Instrucción número 2 de Eivissa, ya ha sido trasladado al Juzgado de lo Penal número 2 de la isla, que tendrá que poner fecha para el juicio.

Se da la circunstancia de que a la empresa Lerma Sorel S.L. también se le reclamará para que indemnice por una parte de los daños causados por el hudimien to del 'Don Pedro', en concreto por la carga que se fue al fondo del mar junto con el barco.

Según el escrito de acusación, los responsables del barco encomendaron al alumno de máquinas «la tarea de arrancar el motor auxiliar Bendix número 3 cada vez que llegaran a puerto, conociendo ambos acusados que dicho motor se encontraba averiado al faltarle un pistón y no funcionar el arranque automático, además de que dicha tarea no podía ser realizada por un alumno en prácticas sin la presencia de un oficial».

El día en el que se produjo el accidente, cuando el barco se aproximaba al puerto de Eivissa, el alumno y un profesional con categoría de caldereta se dirigieron a la sala de máquinas para arrancar el motor auxiliar.

El alumno se situó en el acople del alternador y el calderetero, en la válvula. Éste último abrió el mecanismo de forma que el motor se puso en marcha y atrapó con su engranaje la mano del alumno.

Cualificación

«Ambos desconocían que esa tarea debía ser realizada por una única persona, «al no haber recibido formación preventiva sobre los riesgos del puesto de trabajo que desempeñaban, siendo además una tarea que debe ser realizada por personal cualificado, tal y como se recogía en el preceptivo plan de riesgos laborales (..) en el que se recogen como medidas de control que el personal de máquinas sea personal cualificado y como medidas correctoras que se mantengan operativas y en buen funcionamiento todas sus seguridades, sometiendo los equipos a comprobaciones y pruebas de carácter periódico para asegurar su seguridad».