La imagen refleja perfectamente la virulencia del incendio. El complejo, de mil metros cuadrados, se convirtió en pocos minutos en una gran tea en llamas.

Cinco negocios destruidos junto con una pequeña sucursal bancaria, medio centenar de vecinos desalojados y el propietario de una de las empresas afectadas que salvó la vida al ser alertado por un vigilante de seguridad cuando éste dormía en su cafetería. Además, un bombero resultó herido leve en las tareas de extinción que se prolongaron durante cerca de cinco horas, tiempo al que hay que sumar las que se estuvo trabajando para enfriar y retirar las estructuras más dañadas.

Éste es el resumen del gran incendio que en la madrugada de ayer, una hora y media después del cambio de horario, destruyó por completo, causando pérdidas que se cifran en miles de euros, el complejo comercial de unos mil metros cuadrados que había junto al Hipercentro, en el kilómetro 3,6 de la carretera de Sant Antoni. Los primeros indicios de la investigación apuntan a que éste se inició de forma fortuita en una de los establecimientos afectados, Casa y Campo.

Hipótesis

Agentes de Policía Judicial de la Guardia Civil, junto con un equipo de bomberos, trabajaron durante todo el día para intentar aclarar su origen. Todas las fuentes consultadas por este periódico coincidían en señalar en que se barajaban varias hipótesis, desde un cortocircuito producido en un aparato hasta la caída de un cable que actuó como detonante. Éstas, a su vez, habían descartado al mediodía de ayer la posibilidad de que el fuego hubiera sido intencionado. «No hay, por el momento, ningún indicio», dijo uno de los operarios.

Las primeras llamas fueron detectadas sobre las tres y media de la madrugada. Un vigilante de seguridad dio la alerta. El 112 activó enseguida el protocolo de emergencias mientras que esta misma persona, sabedora de que el dueño de la cafetería que había en el exterior del 'Hiper', solía pasar las noches en una zona acondicionada en el piso superior para poder dormir. Los golpes y gritos del vigilante avisaron al propietariode que algo ocurría cuando el fuego avanzaba hacia el bar. Éste salía de su local cuando los primeros camiones de bomberos ya se dirigían hacia el Hipercentro.

Pese a la rapidez con la que se actuó, poco se pudo hacer. Las llamas se cebaron enseguida en el material altamente inflamable que había en los locales. En pocos minutos el fuego se extendió

de la tienda de decoración a las colindantes, un comercio de muebles, el banco y la cafetería por un lado, y la tienda de animales y un almacén, por otro. En la tienda de animales, al parcer, no había nada, a excepción de Tito, el carismático loro que servía de mascota al establecimiento, que pereció asfixiado.

Llamadas

Algunos de los empresarios afectados corrieron al ver lo que estaba sucediendo tras recibir llamadas de aviso del mismo vigilante que hacía guardia por la noche. Otros, sin embargo, conocieron lo acaecido conforme avanzaba la mañana y veían llamadas perdidas en sus teléfonos móviles o eran informados por conocidos.

Las llamas convirtieron enseguida el complejo en una gran masa de fuego y hierros retorcidos donde ya no había marcha atrás. El viento llevó enseguida el peligro a las casas del Cor de Jesús que había detrás del complejo. Enseguida, con la intervención de las unidades de policía y Guardia Civil, se procedió a la evacuación de los habitantes. Ayer por la mañana, sin que ninguna vivienda hubiera sido alcanzada por el fuego, se autorizó el regreso de éstos a sus domicilios.

El fuego se desarrolló durante cerca de cinco horas, y pese a su cercanía al hipermercado, éste sólo llegó a afectar a la fachada exterior. Los técnicos comprobaban ayer los posibles daños causados por las llamas y el calor en las instalaciones, así como los defectos que podía haber causado el humo en la mercancía.

Un bombero tuvo que ser atendido al sufrir un corte en una mano, pero según el 112, las heridas no revistieron gravedad. Los bomberos, al ver la magnitud del incido, fueron reforzados con otros equipos. Al menos hasta 15 operarios del Parque Insular participaron activamente en los trabajos que se prolongaron durante toda la jornada ya que hubo que refrescar en varias ocasiones las zonas más arrasadas, incluso entrando en el interior de la estructura. Los bomberos contaron también con la ayuda de una pala excavadora que fue abriendo paso y removiendo entre los hierros para poder acceder con las mangueras a las zonas más calientes.

«Fue un sobresalto muy grande, es como si fuera el fin del mundo»

Claudio, el argentino propietario de la cafetería destruida y quien descansaba en su interior cuando el fuego comenzó a devorar el complejo, era ayer un hombre deshecho. Ni siquiera era capaz de articular palabra y se limitaba a asentir con la cabeza cuando alguien intentaba consolarse. «Papito (nombre con el que se le conocía) está destrozado. Todavía tiene el susto en el cuerpo».

El empresario abandonó la cafetería con lo puesto y en los minutos siguientes no daba crédito a lo que estaba ocurriendo. «Es un hombre muy conocido en la zona, que llevaba muchos años levantando su negocio. Y ahora se encuentra con esto. Está desolado», explicó una de las numerosas personas que se acercó ayer a la explanada del Hipercentro.

Los comentarios entre los vecinos recogieron de manera similar el suceso. «Fue un sobresalto muy grande, es como si esto fuera era el fin del mundo», «Eso debe ser como el infierno; todo en llamas», «comenzamos a oír un ruido muy fuerte seguido de un gran olor a quemado; enseguida nos dimos cuenta de que algo muy grande estaba pasando»; «nunca había visto algo tan impresionante». Son algunos de los comentarios que hicieron ayer vecinos de Cor de Jesús y de sus inmediaciones. Algunos de ellos, que no fueron evacuados, bajaron a la calle para saber realmente qué es lo que estaba pasando. «Cuando llegué ya estaban los camiones de los bomberos y las luces de la policía. No pensé que algo sí pudiera ocurrir tan cerca de casa», explicó uno de ellos.

Evitaron que las llamas llegaran a las casas

Un total de 19 bomberos participaron activamente en las tareas de extinción y enfriamiento. Catorce de ellos estuvieron presentes durante las cinco primeras horas. Las primeras dotaciones que llegaron lograron montar un perímetro que sirvió para combatir los focos más cercanos a las casas (a escasos tres metros del complejo, en su parte trasera), así como evitar que el fuego pudiera propagarse al Hipercentro, lo que hubiera provocado un inmenso desastre. Cinco bomberos trabajaron durante la mañana en las tareas de enfriamiento.