La ministra de Defensa, Carme Chacón, recibe las primeras explicaciones del responsable del operativo de la UME. | Sergio G. Canizares

La ministra de Defensa, Carme Chacón, se desplazó ayer hasta Sant Joan para conocer de primera mano la magnitud del incendio iniciado este miércoles en Morna y para ofrecer «todos los medios que se necesiten» para sofocarlo.
Nada más aterrizar con un helicóptero militar junto a la iglesia de Sant Joan y tras desplazarse al Puesto de Mando Avanzado, situado entonces a la entrada del nuevo cementerio del pueblo pero que para evitar peligro fue trasladado a las 19,30 horas a Can Coroner, Chacón recibió información de la situación por parte del coordinador de Emergències en las Pitiüses, Pablo Gárriz, y técnicos del Ibanat de las necesidades de medios para tratar de controlar el fuego que, señaló la ministra, ha quemado 1.500 hectáreas (aunque otras fuentes elevan la cifra a unas 2.000). «Se trata de una cifra aproximativa porque ahora no es el momento de hacer balance», remarcó la ministra.
En dicho encuentro, uno de los técnicos recordó que en Mallorca ya se encuentran efectivos del Ministerio de Medio Ambiente para la campaña de verano que podrían ser movilizados para combatir las llamas en Eivissa. De hecho, la consellera d'Interior en funciones, Pilar Costa, presente en el encuentro, anunció su intención de hablar con la subsecretaría de Medio Ambiente del Ministerio para demandar cuatro helicópteros pesados más, dos hidroaviones y 2.200 metros de mangueras, informaron desde el 112.

Malas previsiones
«Acabo de sobrevolar el fuego y es feo, la prioridad es controlarlo cuanto antes», inició su intervención Chacón. «Cuando digo feo me refiero a que estamos alerta por las ráfagas de viento que ya han obligado a desalojar un colegio y una urbanización», explicó la ministra, que destacó el temor de que la extinción se dificulte puesto que «la previsión es que el viento sople del Noreste esta noche y que mañana [por hoy] lo haga del Este». «Las ráfagas alteran los focos del incendio, por eso siempre estaremos alerta para conseguir nuestro objetivo de control del incendio», añadió.
Fuentes del 112 apuntaron que el viento del Noreste podía acercar todavía más las llamas a Sant Joan, un pueblo que ayer se encontraba casi rodeado de columnas de humo y, a las 20,00 horas, ya se divisaban las llamas coronando algunas lomas que rodean a la población.
La ministra destacó que la Unidad Militar de Emergencias (UME) «tiene prealertados todos los medios necesarios». «Desde las 19,00 horas son ya 204 efectivos y mañana llegarán 100 más con seis autobombas, además de contar con seis hidroaviones, seis helicópteros y 12 medios aéreos más», desgranó Chacón, que resaltó que «si la Comunitat pide más medios habrá más, porque el objetivo prioritario es controlarlo». «La UME está a disposición del Gobierno autonómico con todos los medios que necesite», reiteró.
Desde el 112, el balance de medios que se realizó a las 20,30 horas añadía a los efectivos de la UME unas 150 personas más entre miembros de Ibanat, Direcció General d'Emergències y Protección Civil de todos los municipios de la Isla.
A estos, habría que sumar los numerosos agentes de la Guardia Civil encargados de diferentes tareas y los de las policías locales de Santa Eulària, Sant Joan y Sant Antoni. En cuanto a medios técnicos, había trabajando cinco bulldozers para realizar cortafuegos.

Evacuada la zona norte de Can Gall y temor respecto a Sant Joan y Portinatx
Desde el 112 se apuntó que se había desalojado a unas 250 personas de unas 120 viviendas, así como la escuela de Sant Joan. De los evacuados, ninguno tuvo que ser realojado en hoteles ya que pudieron recurrir a la ayuda de familiares o amigos.
Ayer por la tarde se evacuó la zona norte de Can Gall y en el resto del área se pidieron los datos a los residentes por si era necesaria su salida. En Portinatx y Cala Sant Vicent hubo cortes de luz y fallos de las redes de telefonía fija y móvil durante buena parte de la jornada, aunque en su mayor parte pudieron ser subsanadas.
El fuego, con un frente de unos cuatro kilómetros, llegó al mar en algunos puntos de acantilados entre Portinatx y Cala de Sant Vicent.