La defensa del holandés A.K., preso desde anteayer acusado de un presunto delito de conducción temeraria con resultado de muerte, pedirá una exhaustiva revisión en la documentación y el etilómetro que evidenció que dicha persona iba bebida cuando en la tarde del domingos e vio implicada en un accidente de tráfico que le costó la vida a Bartomeu Ribas Prats, de 71 años.

Dichas pruebas van a ser realizadas por la insistencia del acusado en asegurar que era imposible que el etilómetro diera una tasa de 0,69 mg/l, cifra que indica un importante estado de ebriedad, porque durante todo el día sólo había compartido dos jarras de sangría con otras cuatro personas, precisamente entre ellas, su mujer y otro matrimonio que iba en el coche involucrado en el siniestro.

Según ha trascendido ahora A.K., quien ha negado en todo momento que estuviera conduciendo negligentemente cuando se desplazaba por la carretera de Sant Antoni y quien anteayer mismos tenía previsto el fin de sus vacaciones en Eivissa, justificó el olor a alcohol que detectó la Guardia Civil de Tráfico antes de la prueba en que iba sin camiseta y que, ante la llegada de los agentes, optó por ponerse una sudada que llevaba otro ocupante, quien sí había ingerido alcohol. Éste, además, señaló que prestó asistencia al afectado nada más poder detener su vehículo.