Problemas con las drogas y con su padre llevaron a un joven de Bilbao a venir a Eivissa hace dos veranos usando un DNI que no era el suyo. Él mismo confesó a la Guardia Civil que lo estaba haciendo para «no dejar rastro» y porque no quería que lo localizaran.

Su escapada acabó en el Bora-Bora cuando un miembro del equipo de seguridad de este establecimiento de Platja d'en Bossa lo sorprendió consumiendo estupefacientes y avisó a la Benemérita al sospechar de que, tras intentar identificarlo, éste no era quien decía ser. Ayer, Julen, nombre de este joven, se sentó en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa para enfrentarse a una condena de 20 meses de prisión por un presunto delito de usurpación del estado civil.

El padre de Julen denunció la desaparición de su hijo en la Comisaría de la Policía Autonómica Vasca, la Ertzaintza, en la capital vizcaína al ver que su ausencia se estaba prolongando más de lo normal. El afectado, además, notó que faltaba de su domicilio una «gran cantidad de dinero». El acusado colaboró con la Guardia Civil al ser descubierto y llevó a los agentes hasta el hostal de Vila donde se hospedada. Junto a él, se recuperaron 6.000 euros propiedad de su padre. «El carné me lo encontré en la calle. Sólo no quería ser encontrado», dijo en el juicio.

Una estancia de cuatro días en Barcelona y de doce en la Isla

Julen se alojó en el hotel Astoria con la identidad de David entre el 2 y el 5 de agosto de 2009. Allí, ese mismo día, tomó un vuelo de la compañía Spanair que le llevó hasta Eivissa. Pagó una habitación en un hostal de Vila durante los días 7 y 8 y su aventura acabó el día 16, fecha en el que ocurrió el incidente del Bora-Bora. La abogada del acusado argumentó que técnicamente no cometió ningún delito porque no hizo nada que pudiera perjudicar o ser exclusivo de la de la identidad que usurpaba.