l director del colegio concertado Can Bonet de Sant Antoni, el sacerdote José Lluis Mollà Ferrer, también párroco de las iglesias de Sant Josep y es Cubells, sigue bajo sospecha. El juzgado que instruye la causa contra el religioso después de que en abril se interpusieran ocho denuncias ante la Guardia Civil por presuntos abusos sexuales en este centro tomó ayer declaración a los menores y familiares que denunciaron estas prácticas.

El contenido de las manifestaciones realizadas en la jornada de ayer no trascendió, pero sí que la Fiscalía ha decidido pedir que continúe el proceso y que se mantengan las medidas cautelares que se interpusieron en su día contra el docente. Con ellas se estableció que el sacerdote no podía acercarse ni al centro que dirigía ni a sus supuestas víctimas.

Adolescentes

Los menores y su familiares comparecieron ayer ante la juez María Risueño, responsable accidental del Juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa, para responder a las preguntas que se les realizaron sobre los hechos que figuran en las denuncias. Desde el inicio de las diligencias, nadie ha aclarado con exactitud el número de menores, adolescentes entonces entre 13 y 14 años, que podían estar afectados, aunque sí se sabe que la Guardia Civil, a través del Equipo de la Mujer y el Menor (EMUME), investigó hasta ocho denuncias.

La investigación judicial, que ha pasado por distintas vicisitudes hasta que ayer se pudo completar este trámite. No consta oficialmente que durante este tiempo se hayan retirado denuncias, ni siquiera cuando durante los primeros días fuentes próximas al sacerdote incidieron en que todo había sido un montaje y que los menores habían comenzado a retractarse.

El juzgado, al respecto, tenía pendiente conocer si existía ratificación, no ya en las denuncias, sino en los hechos narrados que hacían referencias a supuestos tocamientos en el despacho del director. El abogado del sacerdote pidió que se retiraran las medidas cautelares pero, tras la jornada de ayer, el proceso no sólo sigue sino que, además, la juez consideró adecuado mantener dichas precauciones.

Un caso largo con más pruebas

La investigación de la causa judicial está llevándose con gran sigilo porque, según recuerdan todas las fuentes, estas reservas son aún más necesarias por ser los supuestos afectados menores. Pese a todo, la información recogida por este periódico señala que aún queda un largo camino por recorrer antes de que se pueda saber si se ha personado alguna acusación particular o si el fiscal decide presentar cargos oficialmente contra el religioso, persona que desde que fue detenida ha proclamado en todo momento su inocencia. El juzgado aún tiene pendientes múltiples diligencias que incluirán llamar a un buen número de testigos e informes periciales.