Armado con un bate de béisbol y dispuesto a darle una nueva paliza. Así supuestamente se presentó el pasado 25 de octubre en la casa de su expareja, una vecina de Cala Llonga que en el juicio contra su exnovio, que comenzó la semana pasada, dijo que siente «vergüenza» cada vez que va por esta localidad por el presunto acoso que dijo sufrir. «Ya ni siquiera puedo salir a comprar el pan», aseguró.

El sospechoso, un hombre que ha sido citado de nuevo el 17 de este mes por el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, fecha en la que está prevista la conclusión de la vista oral, afirmó en su declaración ante la juez Clara Ramírez que todo es falso y que ha sido denunciado porque «quiere volver conmigo». El acusado se enfrenta a una pena inferior a los dos años de cárcel.

Vino

Éste señaló que la pareja se rompió hace cinco meses después de que él agotara su paciencia porque la mujer «bebía mucho». El mismo argumento fue el que utilizó la supuesta víctima para mantener que fue ella la que decidió acabar la relación. «Bebe cuatro tetra-brik de vino todos los días». La denunciante señaló que el 25 de octubre, al sorprenderla, le agredió en el codo con el bate , luego, tras poder quitarle el palo, éste le dio puñetazos por toda la cara.

«Me ha reventado la nariz cuatro o cinco veces pero nunca he dicho nada. He estado amenazada. Siempre me decía que en el mar hay mucha profundidad y que hay muchos pinos bajo los cuales enterrarme», relató la afectada. «Pregúntele cuántas palizas me dio el mes pasado», añadió.

El sospechoso supuestamente huyó en esa ocasión. Tras ser avisada la Policía Local de Santa Eulària, cuando llegó la patrulla ya no había nadie en los alrededores de la vivienda. «Lo único que pasó es que vino borracha y yo quise evitar que me golpeara. Llevaba cinco días separado de ella y volví. Las lesiones que tiene son antiguas, de cuando trabajaba en es Canar», alegó el acusado.