En la parte superior de la cara sur de sa Serra de Morna hay una zona en la que los sucesivos incendios y la erosión del agua han acabado con el sustrato fértil del suelo.

El GEN organizó ayer una caminata de la mano de expertos en incendios forestales que llevó a unas 40 personas hasta un área de sa Serra de Morna en la que los sucesivos incendios forestales y la erosión han destruido prácticamente por completo el sustrato fértil del suelo, lo que ha generado un paisaje deprimente.
Uno de los agentes de la Conselleria d'Agricultura, Medi Ambient i Territori que participó en la marcha, Andrés Galera, recordó que en este lugar de sa Serra de Morna se han sucedido cuatro grandes incendios, el primero en los años 50, el siguiente en 1983, otro en 2005 y el del año pasado, que arrasó 1.576 hectáreas. «Esta sierra ha sufrido una recurrencia importante y, aunque el monte tiene sus respuestas, en esta zona se ve un gran nivel de erosión», explicó Galera. Previamente, este agente de Medi Ambient advirtió de que «en Eivissa hay en la actualidad más factores de riesgo de incendio forestal que nunca», ya que con la desaparición de la silvicultura los bosques se han desarrollado sobremanera, a lo que hay que sumar el constante aumento de la presión demográfica.

Junto a Galera participaron en la marcha sus colegas de la Conselleria Esteban Cardona y Rocío García. Por parte del Ibanat acudió el ingeniero forestal Félix San Juan y por parte del GEN, su portavoz Marià Marí. Los agentes forestales recordaron lo difíciles que resultaron las tareas de extinción del incendio del año pasado en la zona de Morna: «Parecía una lluvia de fuego, por la noche caían pavesas por todas partes y abrían nuevos focos». San Juan añadió: «El fuego avanzó de sur a norte, aquí cerca hizo su primer foco y después saltó unos 600 metros, lo que en un primer momento hizo levantar sospechas de que podría ser intencionado».

«Tenemos que involucrar a los propietarios»
A la marcha del GEN también acudió el presidente de la Associació de Propietaris Forestals d'Eivissa, Javier Ripoll, que dijo que «hay que buscar la manera de que los propietarios se involucren». «Nos preocupa cómo hacer rentable el mantenimiento del paisaje, porque no se puede depender solo de subvenciones», razonó.