Una semana después, pero con celebración. El problema es que los festejos por San Valentín acabaron con el hombre en Comisaría y ayer en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa enfrentándose a nueve meses de prisión.

«Los testigos han magnificado lo que vieron. Nunca agredí a mi pareja. La adoro. Lo único que sucedió es que el día 19 estábamos celebrando el día de los enamorados y bebimos mucho. Discutimos en el bar porque ella no quería volver a casa y yo la agarré del brazo. Ella se cayó en la calle», afirmó el acusado.

De los pelos

El suceso ocurrió poco antes de la una de la madrugada del pasado día 19 en la calle Navarra de ses Figueretes. Otra pareja que paseaba por la zona avisó a la policía al ver cómo una mujer pedía socorro mientras un hombre la arrastraba por los pelos al tiempo que le propinaba puñetazos y patadas en el estómago.

Ambos ratificaron ayer, ante la juez Martina Rodríguez, lo que vieron esa noche. Es más, explicaron que escucharon claramente cómo el hombre le decía a la víctima: «Vamos a casa que te voy a matar» y «perdóname que ya no te pego más, pero vámonos de una vez».

Según su versión, la pareja fue separada con la ayuda de una tercera persona. Un agente de policía que intervino en la detención del sospechoso, a su vez, informó de que la mujer, que no presentaba graves síntomas de ebriedad, había sido primero empotrada contra una pared y luego golpeada, según lo que ella mismo le contó antes de llevársela al hospital. Ésta, sin embargo, no quiso ser reconocida.

Ayer, en el juicio, minimizó lo ocurrido y aseguró que ella se había caído y que nunca había sido agredida. Incluso relató que había mordido los dedos de su compañero cuando le insistía que volvieran a casa. «Habíamos tomado 15 cervezas o más. Llevábamos bebiendo desde el mediodía. Le dije que nos fuéramos porque estábamos desentonando», comentó al respecto el acusado.