Los éxtasis rosas del tipo que mataron el pasado verano a una británica tras ser intervenidos al grupo del acusado.

Mark E., un británico de 33 años que fue detenido el pasado verano con 200 éxtasis del mismo tipo como los que días antes mataron a su compatriota Jodie Nieman, aceptó ayer ante la Audiencia Provincial una condena de tres años y medio de prisión y una multa de 3.000 euros. Su abogada intenta ahora que dicha pena se sustituya por su expulsión de España.

El acusado, un joven que dijo haber venido a Eivissa para celebrar su licenciatura en Arquitectura, ha sido finalmente el único que ha tenido que responder penalmente después de que la Guardia Civil, tras su arresto, detuviera en Sant Antoni a otros cinco ingleses que supuestamente formaban un grupo de traficantes, distribuidor del mismo éxtasis que llevaba el sospechoso.

Éste fue apresado en la noche del 9 de agosto en un control que se realizaba en la glorieta de la Plaza d'Aragó de Sant Antoni. Los agentes de la Guardia Civil que lo detuvieron le requisaron una fiambrera en cuyo interior había 200 éxtasis y diez bolsitas con ketamina, así como una balanza de precisión.

Apartamentos

El Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA) del Instituto Armado localizaron posteriormente los apartamentos donde supuestamente había sido adquirida la droga. Los registros se saldaron con más decomiso de estupefacientes, entre los que se incluían otros cien éxtasis de igual tipo a las requisadas a Mark E. Todo el grupo fue sorprendido mientras dormía distribuido en dos apartamentos del mismo edificio. Los estupefacientes, además, habían sido depositados en el interior de una caja fuerte.

El fiscal, sin embargo, pidió el sobreseimiento de las actuaciones contra los cinco sospechosos que fueron entregados en el juzgado al no considerar que existieran claros indicios sobre su relación con esta droga y actividades de tráfico. Al respecto, los entonces acusados dijeron que toda esa droga pertenecía a otro compatriota que había compartido con ellos domicilio y que, al notar la presencia policial, se había escapado por una ventana.