Buenos días, es la Agencia tributaria? Llamaba por lo de la amnistía fiscal. Perdón, quería decir por lo de «las medidas excepcionales para incentivar la tributación de rentas no declaradas». Es que queríamos traer de vuelta a casa unos millones que tenemos guardados hace tiempo aprovechando que ahora podemos hacerlo a cambio de un diez por ciento y queríamos plantearles una cuestión: ¿ustedes no hacen preguntas, verdad? Es que ese tema nos preocupa un poco.

Los malos. Quienes entienden de millones guardados en el extranjero dicen que esto del blanqueo ‘legal’ de capitales es una buena idea para que fluya la pasta, ya saben, por el temilla de la liquidez. Pero claro, una cosa es la teoría y otra la práctica, porque ¿cómo se le garantiza a un delincuente, ya se trate de alguien del sector del narcotráfico o un simple evasor del área del ladrillo, que el Estado, tarde o temprano, no va a sufrir un acceso de decencia y va utilizar la información que se le entrega para perseguir a los malos? Porque digo yo que estas personas, al menos en teoría, eran los malos, ¿no? ¿O no era eso lo que había que enseñar en casa y en los colegios?

Garantías. Pues resulta que los malos quieren garantías de que al Estado no le van a asaltar ataques de honradez. Vamos, que no se fían, pues aunque ahora el Gobierno está demostrando muy buena voluntad para con los delincuentes con dinero, ¿quién les garantiza a esta gente que en el futuro no se les va perseguir? Podría ocurrir, por ejemplo, que dentro de unos años el partido que ahora manda pierda las elecciones y accedan al gobierno personas con un sentido de la justicia distinto y sí estén interesados en perseguir el fraude fiscal de altos vuelos.

Opacidad. Esa es la clave, lo que necesitan y reclaman estas personas. Que se les garantice absoluta opacidad, que nadie nunca pueda saber quiénes son, que les den un número de cuenta para ingresar el 10 por ciento sin preguntas ni papeles de por medio. Y no quieran saber cómo, pero al parecer el sector ya ha trasmitido su deseo a los que gobiernan en Madrid. Y ya veremos qué pasa.
Nueva asignatura. Si finalmente el Gobierno accede a esta petición de opacidad por parte de estos a quienes hasta hace poco llamábamos delincuentes, ¿qué deberíamos hacer el resto de la población? ¿Compramos una pistola y cuando le hayamos sacado rendimiento abrimos una cuenta en Suiza? También podríamos modificar el catálogo educativo para añadir una nueva asignatura en secundaria para que, esta vez sí, nuestros jóvenes tengan un futuro. Podría llamarse ‘Crimen y Evasión Fiscal’. Tal vez en este capítulo sí seamos competitivos.