La pastilla de éxtasis’que tomó la joven de nacionalidad suiza que cayó en coma llevaba 112 miligramos de metilendioximetanfetamina (MDMA), cuando lo habitual en los comprimidos de este tipo son 40 miligramos. Esta circunstancia, unido al hecho de que, según su propia declaración, era la primera vez que la joven tomaba éxtasis, fue lo que acabó por conducirla a la UCI de Can Misses, donde permaneció varios días en coma hasta que, finalmente, despertó.

La turista, de tan sólo 21 años de edad, explicó que ingirió una única pastilla, un comprimido de color morado con un bajorrelieve de una estrella de cinco puntas, y que se lo compró en Platja d’en Bossa a un vendedor ambulante de origen africano.

Con su ingreso en el hospital de Can Misses las autoridades médicas dieron la voz de alarma y la Guardia Civil comenzó una investigación para dar con el vendedor y tratar de averiguar si esa pastilla pertenecía a un alijo defectuoso o de un tipo de droga nueva, tal y como se sospecha que ha ocurrido en la Isla temporadas anteriores. Asimismo, los agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Eivissa facilitaron a las autoridades judiciales un comprimido como el que ingirió la joven suiza para que ordenaran su análisis. La pastilla fue enviada a los laboratorios toxicológicos de Barcelona, desde donde informaron que la pastilla en cuestión portaba una gran cantidad de MDMA, el principio activo del éxtasis.

La joven suiza entró en coma el 23 de julio. El día 27 despertó y el 31 dejó la UCI. Al parecer, su recuperación es satisfactoria.

Al día siguiente de caer en coma, un joven de nacionalidad británica ingresó en Can Misses tras ingerir cinco pastillas que se cree que podrían ser del mismo tipo. Quedó ingresado en la unidad de psiquiatría.

A principios de mes, un joven de nacionalidad francesa también disparó la alarma sanitaria. La Guardia Civil de Sant Antoni detuvo entonces a un vendedor ambulante que se cree que pudo ser uno de los que vendió las pastillas al francés.

También a principios de julio falleció un británico en una piscina de unos apartamentos de Cala de Bou tras haber consumido alcohol y drogas. Días después falleció en circunstancias parecidas un hombre de 33 años de edad cuando se bañaba en las poco profundas aguas de ses Salines.

El 1 de agosto, un día de mucho calor, se produjo la última muerte por drogas en Eivissa de la que se tiene noticia. El turista austriaco Stephen Schauer, de 22 años, compró junto con sus amigos un pasaje de barco de ida y vuelta de Sant Antoni a Formentera. No regresó a Sant Antoni porque murió en es Trucadors, frente a s’Espalmador.

Sus amigos explicaron a la Guardia Civil que había tomado alcohol y dos gramos de MDMA.