El pasado 8 de agosto de 2012 un suceso conmocionó la tranquila zona la playa de es Pinet, en Sant Josep. Fue una discusión y unos supuestos golpes que propinó J.M.G.P, de 26 años, a su pareja y madre de su hijo.

Ahora, estos hechos se analizaron ayer en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Eivissa en dos juicios en los que el Ministerio Fiscal pide para el acusado 18 meses por delitos de resistencia a agentes de la propiedad y de maltrato, aunque probablemente no entrará en prisión al no tener antecedentes.

En el primero de los casos se juzgaba si J.M.G.P agredió a los agentes de la Guardia Civil que fueron a detenerlo tras, supuestamente, haber agredido a su pareja, y si, incluso, cuando iba esposado en el coche camino del cuartel, los insultó y les llegó a enseñar sus partes íntimas. Sin embargo, este juicio no se pudo concluir ante la ausencia de un agente que tenía que testificar porque se encontraba de vacaciones.

Visto para sentencia

La que sí quedó vista para sentencia fue su segunda causa. En ella, el acusado se enfrenta una pena por malos tratos hacia su pareja, ocurridos es mismo día y que fueron los que provocaron su posterior detención.

El joven de 26 años negó todo lo sucedido, ya que sólo fue «una de las tantas discusiones que tenemos porque nuestra relación es un tanto así». Además, la presunta agredida, en videoconferencia desde Madrid, se negó a declarar.

Si lo hicieron en cambio varios testigos del Ministerio Fiscal. El primero fue el Guardia Civil que dió el aviso a sus compañeros al ver desde su terraza como «el acusado le daba una bofetada a su pareja». Por su parte, una joven camarera de piso de un hotel que estaba limpiando una terraza del cuarto piso aseguró ver al acusado, al que sólo pudo reconocerle en la sala por sus tatuajes, dar puñetazos, patadas y un balonazo en la cabeza a la mujer. Y finalmente, una mujer aseguró haber oído los insultos e, incluso, estar a punto de sufrir una agresión del hombre que «cuando se dió cuenta de que mirábamos nos lanzó dos barras de hierro que no nos dieron porque chocaron contra un seto».