Mohamed el Baoui, sentado en el banquillo, durante la primera jornada del juicio. | Alejandro Sepúlveda

Durante las dos primeras jornadas del juicio de Mohamed el Baoui y con el relato de los diferentes testigos que ya se han pronunciado hay que destacar la figura de algunos de ellos que, lejos de amedrentarse ante el agresor, se enfrentaron a él con el objetivo de reducirlo o, por lo menos, distraerlo para que finalizara con las agresiones. De hecho, en un momento dado consiguieron, al menos, que el apuñalador se escondiera en un camión para luego volver sobre sus pasos en lugar de seguir su carrera por las calles de Sant Antoni.

Entre estos valientes se encuentra Antonio Serra, encargado del Supermercado Suma. «Escuché gritos y me encontré a mis dos compañeros heridos. Me dijeron que [el agresor] había salido y me asomé a la calle», relató Serra, que continuó: «Le vi salir corriendo de la tienda Micaló. Fui hacia allí y vi que había otros dos heridos, otra al cruzar la esquina. Mi recorrido siempre es detrás de las víctimas que iba dejando. Le vi salir de un locutorio. Seguimos al final de la calle y le encontramos en la caja de carga de un camión donde se había escondido. Se levantó, se quitó la gabardina incitándonos a ir a por él, pero salió corriendo. Cuando llegamos tenía a un hombre cogido del cuello al que le daba puñaladas. Le soltó y fue a por mí y me clavó el cuchillo por el costado cuando me caía. Gritó ‘os voy a matar a todos como cerdos’». A Antonio Serra le tuvieron que extirpar un riñón y el bazo, tras la agresión.

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