La Audiencia Provincial de Palma, en un juicio celebrado ayer por la mañana en Eivissa, condenó a dos años de prisión a I.F.S., un ciudadano senegalés de 31 años de edad que el cinco de septiembre de 2011, tras ser sorprendido vendiendo pastillas de éxtasis líquido en Sant Antoni, mordió en la mano a uno de los agentes que lo quiso detener.

Aquella madrugada, el condenado que ayer llegó a un acuerdo de conformidad con el Ministerio Fiscal que pedía para él siete años de prisión, fue detenido cuando dos agentes de la Policía Local de Sant Antoni descubrieron que entregaba a cambio de diez euros una bolsita termosellada con dos pastillas de éxtasis a otra persona en la calle Vara de Rey de la localidad.

Sin embargo, I.F.S. no puso fácil su detención. Cuando uno de los agentes iba a reducirle, se revolvió, y le propinó un fuerte mordisco en la mano izquierda que le hirió de consideración en la cara interna de uno de los dedos dejándole una herida que le obligó a permanecer durante dos días de baja.