El comandante Antonio del Fresno en su despacho del cuartel de Can Cifre, ayer, durante el desarrollo de esta entrevista.

Antonio del Fresno Marín nació en 1959 en Santa Cruz de Mudela (Ciudad Real). «Pero nunca he vivido en este pueblo; como mi padre era guardia civil, me he criado por varias provincias españolas, sobre todo la provincia de Castellón, donde viví en cuatro pueblos. Por lo tanto, me considero del lugar donde vivo, actualmente, después de once años en Haro (La Rioja), me considero jarrero».

—A sus ojos, ¿qué imagen tiene Eivissa? ¿La típica de playa y fiesta o la de un buen lugar para un retiro dorado?

—En un principio, como casi todos los peninsulares, mi imagen era de playa y fiesta. Hoy mi concepto esta variando. Digo está porque actualmente estoy en fase de adaptación y climatización. Me alegro de haber venido en estas fechas, para ir conociendo bien la isla y prepararme para el verano, que ya me han advertido será intenso.

—La demografía de la Isla de Eivissa ha crecido de forma espectacular en la última década a la par que, en los meses de verano, casi cada año se bate el récord de visitantes. En consecuencia, ¿cree que hay suficientes agentes de la Guardia Civil? ¿De cuántos guardias se compone la plantilla de la Isla?

—No, no hay suficientes guardias civiles, sobre todo en verano. Actualmente hay una plantilla de 354 efectivos, y tenemos cubierto un 91 por ciento de la misma.

—Desde varios sectores se ha criticado el hecho de que algunas unidades están bajo mínimos, como es el caso del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) y, en general, las áreas de Policía Judicial.

—La falta de personal se da en todas las unidades.

—Por vez primera, la Isla cuenta con un comandante de la Guardia Civil. Dada la importancia de Eivissa, ¿cree usted que debería contar con el estatus oficial de Comandancia?

—Sí.

—En los meses de temporada algunos cuerpos de policía local de zonas especialmente dedicadas al turismo joven, como es el caso de Sant Antoni, se ven completamente desbordados por los hurtos, el menudeo de drogas y el vandalismo. Aunque las relaciones entre la Policía Local de Sant Antoni y la Guardia Civil son excelentes, cada año el Ayuntamiento de esta localidad reclama a la Delegación del Gobierno una mayor presencia de la Benemérita en las calles del municipio. A su juicio, ¿cómo cree que se debe abordar este problema?

—Por un lado, incentivando económicamente a los guardias de Eivissa y Formentera para que no cojan vacaciones en verano y, por otra, recibiendo refuerzos de la Península.