Imagen del 3 de junio de 2009; un motorista falleció al estrellarse contra una rotonda de la auto vía de Sant Antoni. | Irene G.Ruiz

Desde que, a partir del fatídico año 2005, cuando 31 personas murieron en Eivissa y Formentera en accidente de tráfico, la mejoría en este campo ha sido notable, si bien en los dos últimos años se ha registrado un repunte en el número de fallecimientos.

Sin embargo, en los últimos tres años un dato ha cobrado fuerza en las estadísticas: la moto en Eivissa y Formentera es muy peligrosa. La prueba es que desde enero de 2011 a día de hoy casi la mitad de los muertos en carretera en las Pitiüses iban en vehículos de este tipo. Entre el 1 de enero de 2011 y el 17 de enero de este año han muerto en accidente de tráfico 36 personas, 17 de las cuales se desplazaban en motocicleta o ciclomotor. Además, de los otros 19 fallecidos uno era un peatón y el otro un conductor de quad.

El año pasado fallecieron trece personas en accidente de tráfico, de las que cinco iban en moto y otra en quad. El resto, siete, se desplazaban en turismos o todoterrenos.

En 2012, igualmente, también murieron trece personas en accidentes de tráfico en las carreteras de Eivissa. Seis de ellos, casi la mitad, iban en moto. En ese año en Formentera nadie murió en accidente de tráfico.

Un año atrás, en 2011, se registraron ocho accidentes mortales en las Pitiüses que causaron otras tantas víctimas. La mitad iban en moto. Fue a partir de ese ejercicio, el de 2011, cuando la carretera de Santa Eulària se erigió, con diferencia, como la vía más peligrosa de la Isla, con tres de los accidentes mortales de aquel año.

A todas estas muertes hay que sumar las dos que se han registrado en enero de este año. El 3 de enero murió el español C.C.S., de 25 años de edad, que se estrelló con una Honda CBR de 600 centímetros cúbicos contra un todoterreno de los bomberos en la avenida de Sant Josep. No tenía carné, ni seguro ni había puesto la moto a su nombre. Días después, el 17, murió cuando practicaba enduro por caminos cercanos a la carretera de Morna un británico de 27 años de edad que perdió el control de la KTM de 450 centímetos cúbicos con la que practicaba este deporte.