La rápida actuación de los equipos de extición evitó que el fuego afectase a varios coches.

«Por minutos no hemos tenido una auténtica desgracia. La policía y los bomberos han actuado muy rápido y han frenado las llamas a tiempo», señaló al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA Ouafa Ben Mehamed, una de las encargadas del bar del campo de fútbol de Can Cantó.
Pasaban unos minutos de las 15 horas cuando una chispa perdida de la máquina radial con la que trabajaban unos operarios desencadenaba el incendio.
En cuestión de minutos las llamas avanzaban por el solar contiguo a las instalaciones deportivas. Rápidamente llegaban hasta la zona varios agentes de la Policía Local de Vila y de la Policía Nacional, cuya comisaría está unos 200 metros.
Poco después se sumaban una dotación de seis bomberos con dos camiones, una tanqueta y una brigada del Ibanat, agentes de Medio Ambiente, de Emergencias y voluntarios de Protección Civil. Desde el aire tenían el apoyo de un helicóptero.
Los efectivos consiguieron contener las llamas a escaso medio metro de una hilera de veinte coches.
Dolores Guijarro, propietaria de uno de estos vehículos, apuntó que llegaba procedente del trabajo cuando se topó con todo el despliegue de medios. «El coche tenía restos de ceniza sobre el capó y los protectores de plástico afectados pero no ha sido nada para lo que podía haber pasado».
«Imagínate si llega a prender alguno de los coches. Podría haber pasado una tragedia», comentaba uno de los presentes que añadió que el solar «lo tienen abandonado». Por su parte, Ouafa indicó que ante la envergadura de las llamas encendió los aspersores del campo.
Un grupo de operarios estaban trabajando en la valla cuando saltó una chispa: «No hemos podido pararlo», puntualizó uno de ellos.
El fuego generó una gran columna de humo, provocando la alarma entre los vecinos más próximos.
Tras una hora de intensos trabajos y más de 10.000 litros de agua arrojados, los bomberos dieron el fuego por extinguido.