Una imagen de archivo del mítico grupo de música.

Hablar de Los Sirex es hablar de un grupo de leyenda que sigue en activo después de más de 50 años. La banda, actualmente compuesta por Antonio (Leslie), como cantante, Guillermo al bajo, Pepe a la guitarra rítmica, Juanjo a la guitarra solista, y Ramón a la batería, es mucho más que aquel grupo que compuso el éxito de La Escoba y que fue telonero de Los Beatles en la Monumental de Barcelona un 3 de julio de 1965. Comenzaron en 1959, vivieron su mayor época de éxito en las décadas de los 60 y 70, y aunque en 1971 anunciaron su retirada siete años después reaparecieron con dos llenos en el Palacio de los Deportes de Barcelona. Unos llenos que repiten en cada uno de sus conciertos. Su próxima parada será esta noche, a partir de las 20,00 horas, en el Recinto Ferial junto a Cristina de Los Stop y la banda Toc Rock. Horas antes del concierto hablamos con Leslie, su mítico vocalista.

—¿Cuál es el secreto de su éxito?
—(risas). Que el revival nunca muere. En serio, creo que nos va bien porque durante todo este tiempo hemos seguido siendo fieles a nosotros mismos y al estilo de música con la que comenzamos hace más de 50 años. Y eso a la gente le encanta.

—Empezaron en el año 1959. ¿No se cansan?
—Qué va. Al revés, creo que nos hemos ido haciendo mejores con el paso de los años. Hemos ganando en madurez, hemos ampliado nuestro repertorio y sobre todo, seguimos con la misma vitalidad que al principio.

—Hay grupos que al poco de empezar no se soportan y ustedes son todo lo contrario. ¿Cómo lo hacen?
—Teniendo un gran respeto los unos por los otros. No voy a negar que en todo este tiempo hemos tenido fricciones pero siempre las hemos superado mirándonos a los ojos y diciéndonos las cosas claras. Además, somos amigos y a todos nos une nuestro amor por la música.

—¿Eso hace que el espíritu del grupo siga vivo a pesar de que algunos miembros originales se hayan quedado en el camino?
—Es ley de vida. Ya vamos siendo mayores y lo normal es que haya bajas. Afortunadamente hemos tenido la suerte de que sus sustitutos ya eran fans de Los Sírex y se sabían casi de memoria sus canciones. Eso ha hecho todo mucho más fácil.

—La gente los recuerda por La Escoba y por ser teloneros de Los Beatles. Sin embargo, echando un vistazo a su trayectoria son mucho más...
—Sí, esa canción y esa actuación nos marcó, pero compusimos muchos éxitos e, incluso, hicimos varias películas. Ten en cuenta que cuando nosotros actuábamos se sacaba un disco cada muy poco tiempo y a poco que fueras bueno tenías repercusión. Era todo muy diferente de como es ahora.

—Aunque grabaron muchos éxitos, no me va a negar que La Escoba es su mayor referente.
—Por supuesto, y estamos muy orgullosos de ello. Precisamente, se cumplen ahora 50 años desde que su grabación. Pero si le cuento como surgió todo no se lo va a creer.

—¿Por?
—(risas). Todo comenzó cuando Manuel Salinger, uno de los que más mandaban en la época nos presentó el tema. Sinceramente, al principio no nos gustó lo más mínimo y por eso decidimos arreglarla para no quedar mal con quien nos la había ofrecido. Y casi sin querer, en Navidad comenzó a sonar hasta acabar siendo uno de los mayores éxitos de nuestra historia.

—Es que aún hoy sigue sonando actual.
—Sí. Creo que sigue completamente vigente. La gente la asocia a una canción de verano pero tiene una letra muy reivindicativa que de forma increíble pasó por el filtro de la censura. Sólo nos hicieron cambiar un par de palabras y no tuvieron miras para ir más allá. En fin, cosas de la época.

—¿Y ahora pasaría el filtro?
—(risas). Pienso que sí, aunque la letra podría ser aplicable a todo lo que estamos viviendo actualmente. Y es que en nuestros días hay demasiadas cosas que se podrían barrer con nuestra famosa escoba.

—¿Ha cambiado mucho el panorama desde que empezaron?
—Realmente sí. Antes se mimaba más a los músicos y a los temas que componían y eso permitía escribir y grabar canciones que han podido pervivir en el tiempo. Eso ahora es completamente impensable.

—Pero hoy seguimos teniendo éxitos...
—Por supuesto, pero duran menos en la memoria colectiva. Por ejemplo, de lo que llamamos época del guateque, hay muchos temas legendarios mientras que de los últimos años no hay casi ninguno. La gente se acuerda de Eva María se fue, La fiesta de Blas, La escoba, o Un sorbito de Champán pero desgraciadamente no de las que cantaba un cantante guaperas hace un par de meses. Las discográficas se han pasado de la rosca y ahora lo están pagando.