Ayer al mediodía se celebró el Concierto de Santa Cecilia a cargo de la Escuela Municipal de Música de Sant Antoni. Dicho acto se llevó a cabo en la carpa ubicada al lado del centro social de Buscastell, y estaba incluido en el programa de fiestas de Forada.

En él participaron niños y adultos de la escuela, todos ellos divididos en tres grupos: primero fueron los alumnos de Introducción a la Música, de siete años de edad, que cantaron las canciones Els Xinesos y El So Fort. Después actuó el coro, con un himno góspel y la canción California Dreamin de “The Mamas and the Papas”. Por último actuó la banda municipal, que tocó seis piezas compuestas por los Premios de Composición Para Bandas Jóvenes de Valencia. «Estas piezas están hechas por jóvenes y son tocadas por jóvenes», explicó Toni Riera, director de la banda de música, quien aseguró que éstas nunca se habían tocado antes en Eivissa.

Al acto acudió un gran número de público que llenó la carpa, en la cual se vendieron buñuelos, coca con pimientos, dulces y otros productos con el fin de recaudar fondos para la escuela.

La Escuela Municipal de Música de Sant Antoni fue creada en el año 2006 y hoy en día acuden a ella 65 alumnos de edades comprendidasentre los 7 hasta los 80 años, como indicó el propio Toni Riera. En ella imparten clases 9 profesores, y los alumnos pagan una cuota de 20 euros por asignatura y pueden aprender a tocar la flauta travesera, el clarinete, el saxofón, la trompeta, la trompa, el trombón o percusión.   

Ya terminado el evento y abierto el apetito entre los asistentes, se celebró una torrada popular a beneficio de la propia Escuela Municipal, también con el fin de recaudar fondos para la compra de instrumentos y otros gastos. A la torrada se esperaba que acudieran unas 350 personas y, aunque todo se celebró en un ambiente festivo, algún que otro padre se quejó de que el ayuntamiento no se había involucrado lo suficiente. Como Encarna, que aseguró que «esperaban una cuadrilla municipal para que ayudara en las labores de montar todo y preparar la torrada, pero al final lo hemos tenido que hacer los propios padres».