Un conductor de 74 años de edad, V.R.C., fue juzgado ayer en el Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa por un delito contra la seguridad del tráfico. El 21 de enero de 2008, el hombre chocó contra una jardinera en la esquina que forman las calles Roma y Progreso de Sant Antoni y no quiso a someterse a la prueba de la alcoholemia, ya que, dijo, padece una enfermedad pulmonar que le impide soplar con la fuerza y constancia que requieren los aparatos que miden el grado de alcohol en sangre, algo que ayer corroboró ante la juez Clara Ramírez de Arellano. «Puedo soplar, pero muy poco», señaló. «Otras veces me han parado y me han hecho soplar, pero yo nunca soplo», añadió.

Los agentes de la Policía Local de Sant Antoni declararon ayer que el hombre mostraba claros síntomas de encontrarse bebido, tales como un fuerte olor a alcohol, sudores y habla pastosa. Él, por su parte, reconoció ante la juez que había bebido algo de vino después de comer, aunque el accidente fue a las ocho de la tarde. «Yo creo que sí estaba en condiciones para conducir», explicó. «Choqué contra la jardinera porque había dos en vez de una», señaló.

En el atestado que elaboraron los agentes no se menciona que estos le ofrecieran al hombre hacer la prueba en el hospital mediante un análisis de sangre y el acusado dijo ayer en el juicio que los policías no se lo plantearon. No obstante, los agentes dijeron ayer que sí le dieron esta opción.

El Ministerio Público solicita para este hombre, que cuenta con antecedentes, aunque ya caducados, en este mismo tipo de delito, una multa de 1.620 euros (nueve meses a seis euros diarios), 60 días de trabajo en beneficio de la comunidad, dos años sin carné de conducir y seis meses de cárcel.