Evaristo y Rosa, ante las cámaras de 'First Dates'. | Cuatro

El amor no entiende de fronteras...ni de edades. Prueba de ello ha sido el paso de Evaristo y Rosa por el programa televisivo de citas a ciegas 'First Dates'. La emisión de este lunes nos ha dejado momentos de todo tipo: incómodos, tiernos...y hasta cierto punto muy graciosos. El caso de la cita de la pareja de mayores ha sido de lo que más ha llamado la atención, ya no solo por la edad, sino por el devenir de la conversación.

Evaristo, de 91, años, se ha presentado diciendo que quiere encontrar a una mujer con la que irse de viaje, a conocer mundo. Pese a irse acercando al siglo de vida, es todo un entusiasta de los viajes y de las excursiones. Y aunque conserva cierto espíritu juvenil y aventurero, también guarda otro lado más clásico: dice que le gusta ir guapo, y que no falta en el 'look' el sombrero. Los trabajadores del programa, que organizan una cena con dos personas que, por sus respectivos perfiles, sea probable que se gusten, han optado por Rosa como comensal idónea para Evaristo. Ella, de 81 años, se define como una mujer moderna, sencilla, espontánea y que no le hace asco a nada. Es muy independiente, ya que lleva desde los 14 años sola, y solo pide en un hombre, que sea «simpático, sincero, noble, que me haga reír… Me gustan los hombres limpios, aseaos y normales, no quiero adonis, si es guapo, mejor».

La pareja, al conocerse en el programa.

La cita...y sus complicaciones: «Yo me animo rápido»

La cena ha empezado con temas tristes, hablando de que los dos son viudos. También de la edad. Al asegurarle él que tiene 91 años, ella ha alabado su aspecto y vitalidad. El transcurso de la cena ha sido bastante agradable, tranquilo, y muy normal en comparación con otras citas estrambóticas que ha acogido el programa. Las complicaciones han empezado cuando ambos se han lanzado a la pista de baile, tras la cena. Allí, Rosa se ha preocupado, al ver cómo Evaristo se cansaba tan rápido y se tenía que sentar a respirar nada más empezar.

Rosa al final le ha puesto un poco las pilas, recomendándole que se moviera más, y que recuperara la ilusión, al verle en cierto modo apagado. «Yo si Rosa quiere, le acompaño a donde quiera», decía Evaristo a cámara. Por su parte, Rosa ha aceptado también ha mantener una segunda cita con él, aunque con una condición: que no tenga que tirar mucho de él, a lo que Evaristo le ha prometido, muy seguro: «Tranquila, yo me animo rápido».