Efe |ROMA
Rafael Nadal, tras imponerse en un durísimo partido al ruso Nikolay Davydenko, por 7-6 (3), 6-7 (8) y 6-4, en 3 horas y 38 minutos, se ha clasificado por tercera vez consecutiva para la final del Masters Series de Roma, donde se medirá con el chileno Fernando González.

Nadal, además, sumó su 76 victoria seguida sobre tierra batida, que le supone además batir el récord consecutivo sobre cualquier superficie, que el estadounidense John McEnroe tenía con 75 (septiembre 1983-abril 1985), aunque ellas se lograron en sala, bien sobre superficie sintética o dura.

En el día del récord, el juego de Nadal fue mucho más terrenal que ante Youznhy (octavos) y Djokovic (cuartos), donde rozó la perfección con puntos casi inhumanos. Es más, fue Davydenko quien hizo los mejores, algunos de ellos «a lo Nadal», y controló más los peloteos. El manacorí sufrió como no había hecho hace tiempo ante un rival que, sin duda, hizo uno de los mejores partidos de su carrera. Pero el balear, que actuó más defensivamente, ganó por pundonor, garra, humildad, mentalidad y orgullo. Todo eso no le faltó.

El español no contó con un buen saque (sobre todo en el primer set) y Davydenko le castigó sobre el segundo (36 por ciento de puntos ganados por el mallorquín en la primera manga) y no se movió con la soltura en él habitual. Y eso que Nadal inició como en todo el torneo rompiendo el saque de su adversario en el primer juego del partido. Pero pronto se vio que no estaba tan cómodo en pista, que su saque no funcionaba a buen nivel, y que Davydenko, jugando a lo grande, atacando los segundos servicios del español y con bolas anguladas con mucho efecto que peinaban las líneas, se lo iba a poner muy difícil. Y las pocas veces que Nadal subía a la red, le pasaba.

Pudo el español haber cerrado el primer set en el décimo juego, cuando sirvió para anotárselo; pero cedió su saque en blanco. También pudo perder el set en el duodécimo, cuando Davydenko dispuso de una bola para ello. Al final, se fue atie break. Ahí Nadal estuvo más entonado. Se fue pronto a un claro 4-0, preludio de un amplio 6-1. Pero hasta la tercera bola no pudo anotárselo, por 7-3, tras 75 minutos.

En la segunda manga siguió Davydenko atacando y el sufrimiento de Nadal en defensa. Continuaron las roturas de servicio de las que pudo beneficiarse el español, que con 5-3 llegó a servir para el partido. Pero al igual que el primer set, lo desaprovechó quedándose además sin anotar punto alguno. Nadal, en el décimo juego, llegó a estar a dos puntos del partido (30-30 y 40-40), pero lo volvió a desaprovechar. Además, cedió su saque en el undécimo y permitió a un más entonado Davydenko servir para el set. Pero esta vez fue el mallorquín quien se lo impidió. Se iba de nuevo atie break. En esta ocasión Davydenko se puso con un 6-3 que le concedían tres bolas de partido; pero apareció quizás el mejor Nadal del partido, e igualó. Luego salvó otras dos bolas, pero no así la sexta, tras 96 minutos de duración del set. Davydenko igualaba la contienda y forzaba el tercer set ante un Nadal que cedía su primera manga del torneo (la primera sobre tierra batida desde la eliminatoria contra Italia, ante Filippo Volandri, en Santander).

Se entró en una fase en la que, extrañamente, cada jugador conservó su saque, si bien Nadal ahora lo mantenía con mayor claridad (dos veces en blanco). Y a partir octavo juego empezó a atacar, a alargar las bolas, como en él es habitual. Ahí se acabó todo.