Imagen de un entrenamiento del San Rafael. | Redacción Digital

El estreno en la nueva temporada de Tercera División de la Peña Deportiva y el San Rafael no ha sido como muchos esperaban. No sólo para los aficionados de ambos equipos, sino para sus propios rivales en la categoría.
La encuesta realizada el pasado sábado por este rotativo a todos los entrenadores del grupo balear dejó constancia del sumo interés que muestran por ensalzar a los dos conjuntos ibicencos de la categoría. El entorno ha puesto en un pedestal a los pupilos de Luis Rueda y Mario Ormaechea, sin tener en cuenta las especiales condiciones que 'condenan' a los clubes de la Isla.
Si la Peña Deportiva iba a ser, de calle, el campeón de Liga y el equipo que mejor plantilla había confeccionado, el San Rafael sería de nuevo la revelación, el tapado del campeonato balear. El que las mata callando.
El empate a nada del gran favorito en Coll d'en Rabassa y la ilógica derrota de los azulones frente al Manacor habrá aplacado los ánimos. Las declaraciones de la mayoría de técnicos recalcando el aspecto 'profesional' del club de Santa Eulària, su elevado presupuesto o sus fichajes con nómina mensual no hacen sino poner en sobre aviso a todo el mundo: la Peña es el equipo a batir.
Handicaps
El tema económico también sirve de justificación para aquellos que ven al San Rafael como uno de los 'grandes'. Pero pocos recuerdan los importantes handicaps que atañen a la insularidad pitiusa. El escaso número de futbolistas locales respecto a Mallorca o Menorca; la obligatoriedad (si se pretende ser competitivo) de firmar contratos elevados para convencer a los jugadores y/o sus agentes; los numerosos desplazamientos a lo largo de la temporada (y el desembolso que conlleva); o la falta de competitividad en las pretemporadas, son algunos de los factores que restan paridad.
Tanto Luis Rueda como Mario Ormaechea han advertido una y otra vez del riesgo que comportan estas adversidades. Y el primer revés de la temporada refleja que ambos equipos necesitan más horas de rodaje. Si el 'preestreno' siembra dudas, mejor. Las aguas se calmarán. El trabajo y la paciencia acabarán dando sus frutos.