La Asociación Insular de Tiro Olímpico en Eivissa puede presumir de longevidad y tradición. Hacia la década de los 70, varios pioneros de esta especialidad deportiva decidieron utilizar un dinero de la federación para comprar el terreno donde actualmente se asientan las instalaciones de Cap Martinet. «Tenemos uno de los mejores complejos de Balears; con otra cancha de tiro al plato, sería perfecto», afirma Emilio Solera, portavoz y auténtico devoto de esta modalidad olímpica.
La afición en Eivissa se fue forjando en las tiradas patronales, donde se instalaba una maquina que lanzaba platos. El sistema se ha ido perfeccionando y después de utilizar un foso con cinco lanzaderas, se construyó la actual galería de frente al mar. La vista es magnífica, pero la ubicación no es ni mucho menos la perfecta para los tiradores ibicencos, que están protagonizando la mejor época del tiro al plato en las Pitüses. «En Eivissa hay gente muy buena, aunque va por rachas. Estamos en la elite, en el mejor momento, pero el viento nos dificulta un poco. Cuando salimos fuera nos va bastante mal. Se tira desde diferentes ángulos y campos y no encontramos referencias», lamenta Solera quien, no obstante, se muestra muy satisfecha por la creación de un centro de tecnificación: «Hay un profesor especializado para todos aquellos júniors que quieran tirar. Pueden ir a Palma con los gastos pagados a practicar; todo ello gracias a la Federación Española, que busca jóvenes talentos». Y es que en la mayor de las islas los tiradores «tienen una gran variedad de campos de tiro y ahí es donde se encuentra la perfección», tal y como explica el veterano portavoz de tiro al plato.
Visto de cerca no parece tan sencillo. Los tiradores necesitan mucha práctica y una dosis de fortuna para dar en el blanco. «Tienes que tener una preparación y mucha concentración. Si te colocas la escopeta con una mínima desviación o si tardas más de cinco décimas en disparar, fallas», advierte Emilio Solera hablando de la técnica de un deporte que, como en el juego, te engancha si tienes un buen día. «Romper 25 platos es lo peor que te puede pasar, luego te crees que siempre los vas a romper».