Pepe Roselló, en una imagen de archivo junto a la réplica de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010.

Son la friolera de 44 años. Casi media vida ligada a la delegación insular de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB), primero como secretario y, posteriormente, como presidente. Pepe Roselló Tur entró en la junta el 1 de octubre del 1967, con apenas 16 años, y pasó a dirigirla a partir de 1973, aunque sólo en funciones durante unos meses por ser todavía menor de edad. El próximo 30 de abril dirá adiós a la Federación después de 44 años y siete meses.

-¿Cuándo decidió que se iba a marchar tras esta legislatura?
-Es algo que ya viene de lejos. Hace ocho años ya decidí dejarlo, pero no se presentó nadie y tuve que seguir. En la siguiente, otra vez me convencieron para que continuara al frente de la delegación, pero ya avisé que iba a ser la última legislatura. En los últimos meses se lo he ido recordando a la gente en varias ocasiones. Pero, para evitar sorpresas, esta vez me iré dos meses antes de las elecciones, el 30 de abril, para que haya tiempo para que se presente una candidatura.

-¿Cómo se explica la longevidad en el cargo?
-No lo sé. La verdad es que cuando entré en la junta el 1 de octubre del 1967 el delegado en aquella época era Cosme Vidal y yo hacía la labor de secretario. Al poco lo dejó, porque le nombraron delegado de Gobierno, y me nombraron a mí. Eso sí estuve unos meses, desde julio hasta octubre, sin poder ejercer en el cargo porque no era mayor de edad. Estamos hablando del año 1973. Y hasta ahora.

-Habrán cambiado mucho las cosas desde entonces...
-Imagínese. Cuando entré en la junta sólo existía el Ibiza, cuatro equipos en Regional y cuatro o cinco en juveniles. Nada más. Si me voy con 140 o 150 equipos, que es los que tenemos ahora y creo que 3.000 licencias, creo que se habrá hecho una labor importante en todo ese tiempo.

-Se llevará muchos recuerdos, tanto buenos como malos...
-Hay infinidad de recuerdos, la mayoría de ellos buenos. Sin embargo, hay tantos que seguro que me dejaría alguno en el tintero y prefiero no elegir. En cuanto a los malos momentos, hemos tenido que discutir muchas veces, sobre todo cuando tienes que tratar con Mallorca, que es la isla que domina el fútbol balear y es difícil llegar a un acuerdo con ellos. Eso sí, el momento más amargo quizá haya sido la desaparición de la SD Ibiza, aunque, desde la Federación, hicimos todo lo posible por evitarlo. Fue un momento triste porque el Ibiza es el máximo exponente del fútbol pitiuso y ahora falta un equipo que aglutine a toda la Isla. ¿Si puede resurgir el club? No lo sé, es difícil, pero no imposible.

-¿Cuál es el estado actual del fútbol local?
-Creo que nunca había estado tan bien como ahora. Casi contamos con 30 equipos en cada categoría, unas 3.000 licencias, una estructura de lo que es la mutualidad a pleno rendimiento, un nivel en arbitrajes que es de lo mejorcito de lo que hay, 140 o 150 equipos y todos con entrenador titulado... No hay duda de que el fútbol de las Pitiüses goza de muy buena salud.

-¿Qué va a hacer a partir de ahora sin la delegación?
-Tengo 60 años y lo que voy a hacer ahora es vivir. Me he jubilado ya del trabajo y tengo claro que siempre me dedicaré al deporte, a lo mejor ayudando a un club o a la persona que me sustituya en el cargo, si quiere.

-Pero, ¿no echará de menos su actual cargo?
-Por supuesto. Son 44 años aquí por lo que, si dijera que no lo voy a echar de menos, estaría mintiendo. Son muchas vivencias. Ha sido media vida, mucho más que media vida, y ya es hora de cambiar.