Paolo Etamané, en acción durante el partido contra el Andratx, el último que jugó con la camiseta del Atlético Isleño.

Si al Atlético Isleño hubiese que darle a día de hoy el nombre de una película, sería Lo que el viento se llevó. Y, concretando más, debería ser Lo que Paolo se llevó. Desde que el delantero camerunés se marchó del club, el equipo que dirige David Torres no ha sumado un solo punto y ve de cerca la boca del lobo, pues está más cerca que nunca de la zona de descenso. Casualidad o no, lo cierto es que la pérdida de su principal referencia ofensiva ha hecho que el conjunto azulón esté atravesando un momento preocupante.

La llegada y la marcha de Paolo ha supuesto un antes y un después para la entidad de Vila, que está viviendo una antítesis con respecto a la campaña anterior. En el curso 2011-12, el equipo fue hacia arriba desde la llegada del delantero. En la actual, se ha desinflado tras su adiós.