Los asistentes recorrieron sobre dos ruedas las calles del municipio de Sant Antoni.

El término chic, aceptado por la Real Academia Española de la Lengua como adjetivo que hace referencia a alguien elegante, distinguido o que sigue la moda serviría para describir a la perfección la marea ciclista que inundó ayer, como viene haciendo los últimos 12 años, las calles y caminos del municipio de Sant Antoni.

Ataviados con todo tipo de disfraces y atuendos propios del Carnaval, los 1.080 participantes que dieron color a la performance de la Marcha d’es Porquet disfrutaron de un delicioso paseo en bicicleta para recibir de manera anticipada la primavera portmanyína.

La cita organizada por el Club Ciclista Sant Antoni en colaboración con el Consistorio municipal no alcanzó su récord de participación, pero sí enganchó a más de un millar de vecinos. «Para nosotros ha sido un éxito porque con el frío que ha hecho estos días era normal que muchos padres resguardaran a sus hijos», señaló Juanjo Planells, responsable de la organización.

El Passeig de Ses Fonts fue el punto neurálgico sobre el que giró una actividad que pretende conjugar el deporte, en este caso el cicloturismo, con la diversión.

Los primeros en pedalear fueron los más pequeños en la Baby Cursa, en la que tomaron parte medio centenar de niños y niñas. A continuación se dio paso a la Minicursa, con una cifra similar de jóvenes, que sirvió de aperitivo para la gran Marcha multicolor d’es Porquet. El recorrido, de 14,5 kilómetros, adentró al pelotón por los alrededores de Sant Antoni hasta llegar a Buscastell. Los almendros, en su máximo esplendor, dibujaron la idílica estampa que suele acompañar a la ya mítica prueba del municipio de Portmany. «No ha habido incidentes, había mucha gente disfrazada y ha sido muy divertido. También hay que agradecer la asistencia de Protección Civil, la Policía local y los voluntarios», apuntó Planells.

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