Una imagen de la salida de la prueba reina. | (c) Sergio G. Canizares

Bartolo Planells sonrió ayer desde el cielo. El creador de la Marcha des Porquet, fallecido recientemente, disfrutó a buen seguro desde arriba con la decimotercera edición de su evento, el primero sin su presencia física, pero sí mental. Más de un millar de personas, en concreto 1.056 –las 500 primeras inscritas se llevaron como recompensa una camiseta conmemorativa–, se unieron a la marcha más solidaria desde su origen, ésa que ha servido para recaudar alrededor de 3.500 euros para la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). La cifra oficial no será confirmada hasta hoy, pero teniendo en cuenta que el coste de cada dorsal era de tres euros y que, además, se situaron diversas huchas para ampliar la recaudación, no debe variar mucho.

La marcha contaba con tres recorridos distintos. A las 10,30 horas se produjo la salida de la cursa baby. Quince minutos después llegó el turno de la minicursa para, finalmente, dar comienzo a la prueba reina a las 11,00 horas, a la que antecedió un minuto de silencio en memoria de Bartolo Planells. El circuito era simple. Consistía en dar una vuelta en bici (o patines) por los alrededores de Sant Antoni, con salida y llegada en el Passeig de ses Fonts. Este céntrico punto del municipio sanantoniense fue el elegido también para realizar diversas actividades paralelas que hicieron las delicias de todos los participantes. Hubo de todo y para todos. Clases de spinning a cargo de Master Gym; cursos de seguridad vial a cargo de la Policía Local; una especie de mercadillo; y una paella para cerrar con buen sabor de boca la decimotercera edición de la Marcha des Porquet.

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