Guirado cruzando la lína de meta. g Fotos: TONI ESCOBAR | Toni Escobar

La Pujada a la Catedral es a Eivissa en Fin de Año lo que la San Silvestre vallecana a Madrid: una prueba popular de prestigio y gran tradición que no deja de ganar adeptos edición tras edición. Las costumbres están para cumplirlas, deben pensar los amantes del running en las Pitiüses, y este martes antes de brindar por 2015 635 corredores se congregaron junto a la Casa del Mar de Vila para afrontar la trigésimo quinta edición de la carrera.

Muchos de ellos ataviados con los más llamativos disfraces, pero solo un puñado con la victoria entre ceja y ceja. Todas las miradas apuntaban a dos hombres: Adrián Guirado, un veinteañero de Santa Eulària especialista en los 10.000 metros, y Toni Tugores, veterano y pujadista por excelencia que buscaba su cuarto entorchado en las rampas de Dalt Vila.

El pelat del Ample32 tomó las riendas del larguísimo pelotón que enfiló, en un día radiante, la avenida de Santa Eulària. Su fuerte ritmo le permitió adquirir cierta ventaja antes de traquetear el empedrado del Patrimonio ibicenco. Está en plena forma. Y prueba de ello es que abordó con soltura los últimos y tendidos virajes para anotar en línea de meta el récord de esta década con 7 minutos 4 segundos.

Por detrás ingresó ante cierta sorpresa el triatleta Josep Torres, un escurridizo ironman que siempre asoma la cabeza en el podio de las pruebas de atletismo insulares. Y en tercer lugar Tugores, con su habitual gesto de esfuerzo al llegar al baluarte.

Gota a gota y ante la mirada de decenas de curiosos y familiares fueron irrumpiendo corredores en la plaza de la Catedral. Al poco aterrizaron juntas, casi a la par, las promesas Alexia Hartmann (CA Pitiús) y Andrea Romero (Platges de Castelló). Ambas registraron un tiempo de 8:44, pero el chip de la atleta de origen alemán pitó antes.

Reacciones

Una vez recuperó el aliento, Hartmann explicó cómo su rival de Formentera a punto estuvo de batirle en línea de meta. «No sé que esprint ha hecho que justo en la línea de meta me ha pasado, pero al final me han dicho que he ganado yo», confesaba risueña la ibicenca, que admitió haber sufrido un ligero ataque de asma en las últimas rampas. Alexia calificó el ambiente vivido de «increíble» porque, en su opinión, «eso de que sea la última prueba del año motiva».

Por su parte, Adrián Guirado celebró haber conseguido «nueve victorias de nueve» en 2014, «y encima con el dorsal 99. Es una tontería, pero me hace gracia decirlo», comentó entre risas el ganador. Aunque confesó que el martes no corrió al 100 por cien, se mostró encantado con la Pujada y explicó que entre sus objetivos para 2015 está hacer un buen papel en el Campeonato de España de 10.000 metros en ruta y ganar el Balear de cross que correrá en febrero en casa.