Yeste, lateral izquierdo del San Rafael, protege el balón ante un jugador del Platges de Calvià. | Toni Escobar

SAN RAFAEL: 0

P. DE CALVIÀ: 0

El San Rafael se tuvo que conformar con un punto en un partido en el que una decisión arbitral le impidió adelantarse en el marcador y en el que casi acaba hincando la rodilla en el tiempo de descuento de no ser por el larguero. El equipo de Vicente Román no pudo con el Platges de Calvià, que sumó su duodécimo empate de la temporada, a pesar de mostrarse superior física y tácticamente.

En el encuentro apenas hubo ocasiones de gol y lo cierto es que la mejor la tuvo el cuadro visitante en la recta final. El cuadro ‘rafeler’ sólo creó peligro en una ocasión en todo el primer tiempo, en una falta lateral que De Pablos, con un zurdazo magistral, envió a la escuadra. Mientras los jugadores lo celebraban, el árbitro daba marcha atrás en su decisión de dar gol al ver al linier con la bandera levantada por un supuesto fuera de juego. Nadie daba crédito a lo que estaba pasando.

Los mallorquines, que estuvieron más preocupados de defender que de atacar, no pusieron a prueba a Seral. Eso sí, dispusieron de una oportunidad en el minuto 39, cuando Marcos disparó a las nubes en el interior del área.

Tras el descanso, el guión siguió siendo el mismo. El San Rafi siguió manejando el tiempo del partido y Gabri estuvo cerca de romper el ‘cerocerismo’ pasado el primer cuarto de hora. En una jugada de estrategia, De Pablos picó la pelota, Carvajal asistió al exjugador del Puig d’en Valls y éste lanzó un zapatazo que el portero repelió con los puños.

Los ‘blue’ afrontaron los últimos 16 minutos (13 más la prolongación) en superioridad numérica después de que Andreu viera la segunda amarilla. Ni por ésas halló portería el cuadro de Vicente Román, que, de hecho, a punto estuvo de perder el choque. Primero, Chechu encaró en diagonal desde el costado izquierdo a Seral, que ganó la partida en el mano a mano. Ya en el tiempo añadido, Marcos lanzó un obús desde unos 25 metros que se estrelló en el travesaño mientras Seral hacía la estatua, un mal menor en un partido del que el San Rafael se marchó con el mal sabor de boca del gol anulado.