Antonio, en primer término, pelea por un balón aéreo junto a un jugador del Sabadell. | Marcelo Sastre

La Copa se ha puesto de moda en Ibiza. La Peña Deportiva se sumó ayer a la fiesta iniciada el martes por la UD Ibiza –superó al Celta de Vigo– y espera también hoy un rival de Primera División en el sorteo de dieciseisavos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Sabadell, de Segunda División, en la tanda de penaltis.

La lluvia y el notable frío que asolaban Santa Eulària quedan en una mera anécdota cuando se viven duelos como el de ayer. Los de la Villa del Río pusieron contra las cuerdas a un conjunto de superior categoría y acabaron noqueándole en la suerte –o eficacia– de las penas máximas. Fran Martínez se puso la capa de Superman para detener tres de los cuatro penaltis ejecutados por los visitantes, que tiraron el cuarto a las nubes. En ese momento, se desató la euforia en el Municipal, donde los 224 espectadores que pudieron darse cita –el aforo estaba limitado a 400 pero quedó reducido por no estar completamente techado y evitar así situaciones problemáticas por la COVID-19– estallaron de júbilo. No era para menos. Por primera vez en la historia, los santaeularienses jugarán contra una escuadra de la máxima categoría nacional en partido oficial, con serias opciones de recibir al Barça o el Real Madrid. Casi nada.

Raúl Casañ dispuso un once de lo más competitivo, sabedor del gran premio que obtendría de ganar el duelo. El valenciano dispuso su esquema clásico sobre el terreno de juego, donde solamente se echaba de menos la presencia de Gilbert, que comenzó en el banquillo en favor de Juancho.

Por su parte, el Sabadell únicamente mantuvo uno de los hombres de la formación que empató sin goles contra el Girona en el último partido liguero. En su alineación figuraba más de medio equipo de aquel que jugó la ronda anterior contra el CD Ibiza (0-2), concretamente seis jugadores.

Bajo una llovizna incesante y un frío poderoso, el partido siguió los derroteros más lógicos. En un campo de dimensiones pequeñas y de césped artificial, los catalanes, sin su mejor plantel sobre el rectángulo de juego, vieron cómo su rival les tuteaba desde el inicio. De hecho, una internada de Colau por la banda izquierda, a los tres minutos, y un disparo fuera de Juancho, pasados los primeros quince minutos, supusieron los primeros avisos.

Eso sí, con el paso de los minutos quedó claro que quien iba a tener la pelota era el cuadro arlequinado, si bien no encontraba la forma de generar peligro ante la meta defendida ayer por Fran. La primera llegada visitante se produjo al filo de la media hora de juego en una internada de Heber Pena por la línea de fondo que acabó con un pase de la muerte despejado por la zaga local. Poco antes, un cabezazo de los de la Villa del Río había levantado un uy en la grada.

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Espejismo

Parecía que los sabadallenses habían despertado, puesto que Edgar tuvo un par de ocasiones de gol en apenas minuto y medio. En ambas, remató sorprendentemente alto. Pero no fue más que un espejismo. Los de Raúl Casañ pasaron a dominar el partido y achucharon en la recta final en busca del gol. Tuvieron hasta tres oportunidades, pero Toni Jou, por partida doble, y Pau Pomar no lograron su objetivo.

En la segunda mitad, la Peña Deportiva se mostró bastante superior. El problema era que varias de sus llegadas no encontraban rematador. Hubo lugar también para la polémica en este segundo periodo. Los santaeularienses reclamaron una mano dentro del área visitante en un centro de Miguelete a los diez minutos de juego. El árbitro no lo vio así.

Los de Raúl Casañ perdonaron la mejor ocasión del encuentro en el minuto 63. Colau, quien previamente había puesto a prueba al portero con un disparo lejano, recibió un pase de Miguelete al borde del área pequeña con el portero vencido, pero remató fuera cuando todos cantaban ya gol.

Pese al control de la Peña, las oportunidades de gol escaseaban y se acabó llegando a la prórroga. En ella, el marcador tampoco se movió. De hecho, y pese a que el Sabadell mejoró su rendimiento notablemente, el único que rozó el gol fue Cristeto in extremis, pero el portero salvó los muebles.

En la tanda de penaltis, Fran Martínez fue el gran protagonista sin lugar a dudas. Detuvo los tres primeros penaltis, el segundo con suspense, al tiempo que sus compañeros materializaban dos. Cristeto tuvo el disparo de la clasificación, pero su lanzamiento al estilo Panenka lo atajó el portero. Acto seguido, Ángel tiró a las nubes y la euforia se desató en Santa Eulària, que ya espera a un ‘Primera’ en el sorteo de hoy. La historia tiene una nueva cita con los de la Villa del Río.