La palabra crisis se acaba de instalar en Can Misses. La UD Ibiza sufrió ayer su primera derrota como local de la temporada y la tercera consecutiva del curso. El Mirandés fue en esta ocasión el verdugo de los celestes, que cayeron por 0-2 ante algo más de 3.000 espectadores (según el club), media entrada en un estadio que ayer ya permitía un cien por cien de aforo (unos 6.300).

Juan Carlos Carcedo plantó un once revolucionario a tenor de la manita encajada la jornada anterior en Cartagonova (5-1). Por primera vez desde su llegada al equipo ibicenco, el míster introdujo ocho cambios en la alineación, es decir, lo que viene a ser un toque de atención. Solamente el portero Germán, el defensa Goldar y el delantero Castel se mantuvieron en el once titular. Por su parte, los burgaleses realizaron cuatro modificaciones con respecto al equipo inicial que empató contra el Eibar.

Con estos ingredientes comenzó un duelo entre dos conjuntos que llegaban empatados en la tabla y con la necesidad de ganar para romper sus rachas negativas. Las dos escuadras salieron a ganar desde el principio y las aproximaciones de peligro no tardaron en llegar. En los primeros diez minutos ya hubo una ocasión para cada contendiente, saldadas ambas de la misma forma: sin llegar al remate por poco.

Al cuadro de Lolo Escobar se le veía muy suelto en ataque y, fruto de ello, encontró pronto el camino hacia el gol. Al filo del cuarto de hora, Simón Moreno se adentró en el área y asistió a Rodrigo Riquelme para que, con un disparo cruzado y raso, superara la portería celeste.

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Por segunda vez este curso, los unionistas tenían que remar en Can Misses. Y lo cierto es que no se vinieron abajo. De hecho, en la acción posterior estuvieron a punto de empatar, pero Raúl Lizoain realizó un paradón tras un cabezazo de Castel. Los de Carcedo tuvieron dos ocasiones más para nivelar la balanza, pero los disparos de Guerrero y Nono no cuajaron en gol.

El Mirandés, bien plantado y sabedor de su capacidad de desequilibrio en ataque, desaprovechó una contra en la que pudo dejar grogui a la Udé. A falta de diez minutos para el descanso, Riquelme dejó solo a Simón Moreno, que chutó sorprendentemente fuera desde el vértice del área pequeña.

Tras el descanso, sin cambios sobre el terreno de juego, los de Miranda de Ebro pusieron tierra de por medio. Un disparo de Íñigo Vicente superó de vaselina a Germán, que solamente pudo seguir la estela del esférico con la mirada en el minuto 58.

El míster local decidió introducir un triple cambio. Javi Pérez, Manu Molina y Ekain entraron por Diop, Appin y Guerrero. El vasco tuvo precisamente la oportunidad de reducir distancias, pero remató por encima del larguero. Goldar, Castel y Javi Pérez también probaron fortuna, pero tampoco hallaron la forma de meter a los suyos en un partido que acabó cerrándose con el 0-2 y la consiguiente primera crisis de los unionistas.