Sin pegada y sin último pase. El duelo de ayer en el estadio ibicenco tuvo emoción y aproximaciones a las dos áreas, pero la falta de acierto tanto a la hora de lanzar a portería como de asistir resultaron clave en el desenlace de un partido de poder a poder. | Irene Arango

La UD Ibiza y el Tenerife se repartieron los puntos en un partido de poder a poder en el que el empate fue lo más justo. No fue un partido de muchas ocasiones, pero sí emocionante, con constantes idas y venidas, sobre todo en la recta final. Bogusz tuvo la oportunidad más clara de los locales, pero el travesaño se interpuso en su camino, mientras que Bermejo se topó con Germán en el acercamiento más peligroso de los visitantes.

Juan Carlos Carcedo apostó por dar continuidad a buena parte de esa alineación que venía de enlazar dos victorias consecutivas. Sólo introdujo dos modificaciones: Ekain por Guerrero, en la media punta, y Juan Ibiza por Rubén, en defensa. Luis Miguel Ramis, técnico de los chicharreros, sí que introdujo muchas novedades. De hecho, únicamente mantuvo cinco hombres con respecto al once anterior, dejando, entre otros, a Elady en el banquillo.

Con estos ingredientes comenzó el un choque en el que los celestes salieron dispuestos a desnivelar pronto la balanza, con Bogusz como principal protagonista. El polaco protagonizó las dos primeras ocasiones del encuentro con sendos disparos exteriores.

Primero, desde el vértice del área, lanzó un chut por encima del larguero. Acto seguido, en una falta a 25 metros cometida sobre Ekain y que muchos esperaban que ejecutara Javi Lara, el internacional sub-21 asumió la responsabilidad y estrelló la bola en el travesaño.

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Los unionistas se gustaban sobre el terreno de juego. Buscaban constantemente a Bogusz por el costado derecho, pero sin descuidar el izquierdo, donde Javi Lara también hacía diabluras con su visión de juego. El cordobés precisamente habilitó al polaco con un balón con el que este se entretuvo más de la cuenta al filo del cuarto de hora en otra aproximación de peligro.
Del Tenerife no había noticias en ataque. Sin embargo, se fortaleció a nivel defensivo y los locales dejaron de llegar con la claridad de antes. Appin, con un disparo lejano muy desviado, y Castel, con un tiro a la media vuelta que desbarató un defensor casi sobre la bocina, fueron los últimos en tratar de desequilibrar el duelo.

Los tinerfeños se tuvieron que conformar con un tiro de Moore que se marchó fuera y que, además, fue invalidado por fuera de juego. Fue un bagaje muy pobre para los de Ramis, que, eso sí, se fueron soltando con el paso del tiempo y le discutieron la posesión a los de Carcedo.

La segunda mitad
Tras el descanso, los ibicencos salieron de nuevo con mucha fuerza, con dos acercamientos de Castel que acabaron en nada. Los tinerfeños no se amilanaron reaccionaron de inmediato con sus dos primeros lanzamientos entre los tres palos. Larrea y Pomares probaron desde fuera del área, pero Germán atajó sendos disparos.

Más clara fue la de Bermejo en el 69. El delantero del Tenerife tuvo una ocasión muy clara a apenas seis metros de un Germán que clavó la rodilla para mandar el balón a córner. Los dos equipos movieron el banquillo para tratar de insuflar esa energía extra para romper el cerocerismo. Funcionó mejor el Tenerife con las sustituciones, si bien Nono también dio aire fresco a los suyos.

Con todo, pese a la insistencia de ambos contendientes, el marcador no se movió. Por primera vez en la etapa de la UD Ibiza en el fútbol profesional, el tanteador del videomarcador de Can Misses se mantuvo inamovible desde el primer hasta el último minuto, reflejando unas justas tablas en el duelo entre insulares.