Antonio Palma en el plató del BNP este miércoles. | Daniel Espinosa

Antonio Palma, presidente del CD Ibiza, fue el invitado del programa de este miércoles del Bona Nit Pitiüses. El directivo rojillo charló sobre la polémica que se originó por el conflicto entre su club, el Ayuntamiento y la UD Ibiza por el uso del Palladium Can Misses para jugar el partido de Copa del Rey ante el Betis, un encuentro que finalmente se disputó en Can Misses 3 con un lleno en las gradas y victoria andaluza por 1-4.

Palma inició la entrevista hablando de la situación actual que vive el equipo, con problemas clasificatorios en liga, donde ocupan puestos de descenso: «Los chicos están con mucha ilusión de continuar. Este partido contra el Betis fue una fiesta, más que un partido de fútbol fue una fiesta para todos, pero terminaron todos derrotados. El domingo se vio en la primera parte, el cansancio se nota también en la cabeza, no sólo en las piernas. Luego, en la segunda parte las cosas fueron mejor. Pero bueno, este mes de enero es un mes casi nuevo porque estamos pensando cómo reforzar la plantilla y seguimos con la esperanza de mejorar siempre lo que estamos haciendo».

Tras esta pequeña introducción fue el turno de entrar en terrenos más profundas y la primera pregunta de los periodistas fue sobre la caja que había hecho el club en dicho encuentro. Palma no esquivó la cuestión y señaló que alrededor de 60.000 euros. Además, aseguró que de haber jugado en el estadio probablemente también se habría llenado: «Ha habido peñas del Betis de Barcelona, de Valencia y lugares cercanos que están a un salto de poder venir a ver a su equipo. No sé cuánta gente sería, pero mucha».

En cuanto a por qué renunció el CD Ibiza a jugar en el estadio insistió en lo que dijo la semana pasada: «Se renunció porque era imposible por razones financieras, por razones de plazos y por razones jurídicas. El CD Ibiza es un club social en el que una persona no puede tomar una decisión de manera unánime. Se nos dijo que había tiempo de sobra para organizarlo, pero esa misma tarde se tenía que hacer, buscar seguros, buscar aprobaciones, buscar 153.000 euros si queríamos llenar todo el campo, que es una cantidad importante y sabiendo que al menos 76.000 euros no nos serían devueltos porque era lo que costaba alquilar el campo. En esa misma tarde, que se nos daba unas horas de plazo, no se podía hacer. Además, había una complicación jurídica, el hecho de guardar ese contrato como algo confidencial yo lo veía como un problema jurídico. Normalmente un contrato de este tipo sobre la cesión de uso de un bien público se debería hacer con una máxima transparencia».

Desconfianza con las cifras

También fue cuestionado por la afirmación de Amadeo Salvo de que el CD Ibiza podría haber jugador por menos de 35.000 euros y una fianza que sería devuelta a las 48 horas; y el anuncio del propio Palma de que habían llegado a un acuerdo. Sobre esto, explicó: «Para mí hay números que no me cuadran porque el señor Amadeo Salvo dijo que a él le cuesta toda la temporada 1.200.000 euros, lo que sale a 57.000 cada partido por todo el campo. A nosotros no se nos daba todo el servicio del campo, se quitaban cosas y nos pedían 76.000 euros. Yo comprendo lo que me dice, pero mi responsabilidad es pedirle que me compruebe de dónde vienen estos gastos. Nunca lo hizo. Nosotros renunciamos a las gradas supletorias para bajar los números. Pero ellos dicen que pagan 13.500 euros por partido, cómo voy a justificar yo ante la junta directiva que voy pagar 43.000 euros. Es algo insólito y las cosas insólitas se deben explicar. Por eso renunciamos a ello y por eso bajó de 76.000 a 32.000».

A esto añadió: «Antes de acabar la reunión, el técnico del Ayuntamiento, Lluís Lliteras, preguntó que cuándo teníamos que pagar y Salvo respondió que 24 horas antes del partido. Entonces hay tres o cuatro días para convocar la junta y reunir el dinero. El error que tuve yo es decir que esto se iba a hacer porque cuando recibimos el contrato era imposible. Por ejemplo, se nos decía que teníamos que dejar todas las vallas publicitarias de la Udé. Nosotros tenemos un contrato con otros anunciantes. Esto se solventó, pero lo que marcaba la imposibilidad es que esas 24 horas que había dicho en el contrato eran cinco días y ese mismo jueves vencía el plazo».

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Sobre el «Antonio Palma toma pastillas para mentir», que dijo Salvo en su comparecencia, el presidente del CD Ibiza tiró de ironía y afirmó que a su edad todo el mundo suele tomar pastillas y que quizás alguna tenga efectos secundarios y que debería hablar con el médico. Eso sí, volvió a retar a Salvo a que haga públicos los contratos ya que es la única persona que puede hacerlo porque la cláusula de confidencialidad es unilateral y Palma no lo puede hacer. «Yo le doy autorización a que publique esos contratos», insistió.

Además, volvió a incidir sobre el poco plazo que le daba en el contrato pese a que Salvo en su rueda de prensa había dicho que el tiempo no era un problema: «Una cosa es lo que dice Amadeo Salvo en declaraciones y otra la que pone el contrato. Nosotros lo cambiamos y de cinco lo bajamos a dos; y nos reenviaron la última versión diciendo que no se podía cambiar y ponía otra vez cinco. Por favor que enseñe los documentos y se verá».

Otro aspecto que destacó Palma es que recibió un ultimátum en el último contrato enviado por la UD Ibiza y reconoció que le había «molestado mucho» que «un documento que tendría que ser transparente y público porque podría haber responsabilidades, yo podría tener responsabilidades de cara a los socios. Yo no puedo firmar algo sobrepagando. Es deber del Ayuntamiento comprobar que no se está haciendo negocio con un bien público y por ello deberían exigir transparencia».

También aseveró que el problema es con el Ayuntamiento y no con la entidad celeste: «La UD Ibiza es un club privado que busca sus intereses, querrán ganar sus millones, subir a Primera y si el Ayuntamiento le quiere hacer un campo de oro que lo haga. El problema que tenemos nosotros es que el Ayuntamiento no nos deja hacer lo que tenemos que hacer. El Ayuntamiento ha tomado partido. A nosotros no nos van ayudar. Cuando el Ayuntamiento y la UD Ibiza dicen que los hemos denunciado no es así. Nosotros nunca hemos denunciado a la Udé. Nosotros lo que hemos hecho es denunciar un convenio de uso por la vía administrativa diciendo que el convenio nos perjudica».

Tributar en Suiza

Sobre la acusación de Amadeo Salvo de que no debería dar consejos al Ayuntamiento, cuando tributa en Suiza, Palma defendió: «Tribute o no tribute es una cosa, pero además soy un empresario, un inversor en la isla de Ibiza. De todo lo que ha dicho sobre mi persona, esto es lo único que me ha molestado un poco. No es que me haya faltado el respeto un poco a Antonio Palma, pero sí al presidente de un club ibicenco. Como presidente de club ibicenco no es que yo pueda o tenga el derecho, es que es mi obligación. Soy presidente de un club en Ibiza que me han votado los socios del club. Da igual de dónde venga, la Real Federación Española de Fútbol reconoce que yo soy el responsable de este club. Así que tengo el derecho como él de opinar y decir lo que pienso; y luego la obligación de cara a las personas que han depositado su confianza en mí. Y luego otra cosa, es el sueño de todos los alcaldes del mundo, e incluso del presidente de España, traer inversores de fuera. Por favor venir, invertir, traer dinero a esta isla aunque viváis fuera».

En cuanto a su relación con el alcalde de Vila, Rafa Ruiz, confesó que estaba rota a nivel personal y que no lo ve desde septiembre de 2021, cuando le llamó para preguntarle que qué hacía falta para que quitasen la denuncia y Palma le pidió un convenio propio con el CD Ibiza para regular los entrenamientos en Can Misses 3. Además, añadió que le sigue invitando a los partidos y que les hubiese gustado que estuviese contra el Betis.

Por último, aseguró que el resto de clubes no entienden lo que está ocurriendo y concluyó: «Ha habido un error importante en la isla. Luego, ya veremos quién es el causante de ese error. Si nosotros tenemos una parte de la culpa, le pido disculpas a todo el mundo, pero aquí ha habido un problema y este partido se tendría que haber jugado en Can Misses. Yo lo que digo es que el Ayuntamiento no ha hecho todo lo posible. Si ellos hubiesen querido, se hubiese jugado allí. No es tan difícil».