Irene Colomar, a la derecha, junto a otras integrantes de la selección española en el Mundial anterior.

Dicen que París es la ciudad del amor, pero para Irene Colomar parece haberse convertido en la del odio. A la ibicenca no le vendrán buenos recuerdos cuando le hablen de la capital parisina, donde se quedó sin colgarse una sola medalla en el XXI Campeonato del Mundo de karate. Ayer, en la competición por equipos, España, como le sucedía hasta hace no mucho a la selección masculina de fútbol, se estancó en cuartos.

Colomar ya había patinado en la competición individual el pasado miércoles, cuando se quedó sin opciones de, por lo menos, hacerse con la presea de bronce conquistada en Belgrado’10. La deportista del club Samyd sucumbió contra la nipona Kayo Someya (4-0) en octavos de final y no pudo avanzar hasta el podio en la repesca al hincar la rodilla frente a la croata Sales en un combate con polémica arbitral incluida. Ahí se escapó la primera opción de medalla. Ayer, la segunda.

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