La presidenta del Govern balear, Francina Armengol, durante su alocución en el acto celebrado en Palma. | UH

La presidenta del Govern, Francina Armengol, y la delegada del Gobierno en las Islas, Rosario Sánchez, coincidieron ayer en el mensaje: hay que cambiar la Constitución.

La primera habló de «adaptar» y la segunda de «revisar». En cualquier caso, la presidenta balear fue clara a la hora de reclamar un «pacto generacional», entre quienes la votaron hace 40 años y de quienes no lo hicieron (las personas nacidas después de 1961) y apuntó que el «inmovilismo amenaza la convivencia». Y añadió: «Hay mucho en juego». Esta vez, contrariamente a lo que ocurría en aniversarios anteriores, la sintonía en el mensaje fue total. Los dos gobiernos son del mismo color político.

La defensa de la gestión del Gobierno central y la del Ejecutivo autónomo (ambas aprovecharon sus intervenciones para recordar sus logros) irritó al PP y a Ciudadanos. Todo eso ocurrió durante el acto institucional celebrado en La Almudaina –que por primera vez estuvo parcialmente abierto a la ciudadanía– y que estuvo, además, marcado por constantes alusiones a la igualdad de las mujeres y a cómo la Constitución era una garantía para seguir avanzando. Més, como había anunciado previamente, no asistió al acto. Sí acudieron representantes de Podemos y del resto de partidos con representación en las instituciones de las Islas.

La presidenta balear abogó por «un nuevo pacto generacional que incorpore al consenso de 1978 a este 75 % de los ciudadanos que no pudieron votar». Y, además de defender la necesidad de reforma de la Carta Magna, incidió en la importancia de su cumplimiento pues eso llevará a «más progreso social».

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Reclamó abandonar el partidismo, aludió al acuerdo del Gobierno central para incrementar el salario mínimo y dijo que ahora hay un Gobierno que escucha y que se ha comprometido con la aprobación del Régimen Especial Balear. Previamente, Rosario Sánchez había incidido en las mismas cuestiones y hecho una defensa cerrada de la gestión del Gobierno estatal. Afirmó que buena parte de lo que sucedió tras la salida del PP ya se hacía en Balears desde 2015, lo que provocó la incomodidad entre los representantes del PP.

Violencia de género

La delegada del Gobierno, que ayer se estrenaba como anfitriona en una conmemoración de este tipo, animó a afrontar con «audacia» la reforma de la Carta Magna para adaptarla a la realidad y los problemas actuales y, al igual que la presidenta balear, se refirió a que ahora es un buen momento ya que hay un Ejecutivo «que escucha» a Balears, en «contraste» con el anterior del PP.

La delegada, que combinó el castellano y el catalán (no hubo la más mínima referencia a la situación de Catalunya, ni directa ni indirecta) se refirió a la «generosidad, diálogo, capacidad de acuerdo y renuncia a posiciones partidistas» que favorecieron el consenso hace cuarenta años lo s contrapuso a la «estrategia de crispación» y a las «posiciones de bloqueo» que caracterizan, dijo, la situación política actual. Tenemos que estar a la altura de lo que celebramos hoy», afirmó para añadir que se sentía «heredera» de la Constitución del 78 y el espíritu de la época.