El toque de queda está fijado de 23:00 a 6:00 horas en Baleares. | Josep Bagur Gomila

Dentro de ocho días, el próximo 9 de mayo, acaba el estado de alarma decretado por el Gobierno central el pasado 25 de octubre. Su fin implica la desaparición del paraguas jurídico que ha permitido a las comunidades aplicar algunas de las medidas más restrictivas para frenar la expansión de la pandemia del coronavirus, como son el toque de queda, limitar las reuniones sociales y el cierre perimetral. Se trata de una herramienta que las comunidades han reivindicado en las últimas semanas para seguir controlando la pandemia.

Estas peticiones han sido en vano y ante la negativa del Ejecutivo de Pedro Sánchez de prorrogar el estado de alarma, las comunidades se preparan ante el nuevo escenario. Balears defendió desde el primer momento su utilidad, por lo que estudia las diferentes opciones jurídicas que tiene para seguir aplicando restricciones.

Una de estas vías es un decreto, en el que ya se está trabajando, para poder aplicar un toque de queda a partir del 9 de mayo. De este modo, el Govern podría limitar la movilidad y el número de personas que pueden estar juntas en reuniones sociales, como son encuentros privados o eventos como bodas y similares. En caso de que el Ejecutivo de Francina Armengol opte por esta vías, deberá realizar una consulta previa al Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJIB) ya que necesitará su validación para cualquier medida que suponga una restricción de los derechos fundamentales.

En cualquier caso, la decisión que finalmente se aprobará no está tomada, puesto que aún se están estudiando las alternativas. Lo que sí está claro es que el tiempo apremia y que en caso de necesitar el aval del TSJIB, se deberá hacer antes del próximo viernes, pues el domingo día 9 expira el estado de alarma.

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Cabe recordar que el Govern ya tuvo que acudir a los tribunales antes del 25 de octubre al aprobar las restricciones más duras, como los cierres perimetrales de algunos barrios de Palma y el cierre de la actividad de las calles del Jamón y de la Cerveza, en Platja de Palma, y de Punta Ballena, en Magaluf. El TSJIB no le tumbó ninguna medida, a diferencia de lo ocurrido en otras comunidades.

Restricciones

Sin embargo, si bien el fin del estado de alarma plantea dudas jurídicas en las restricciones en los derechos fundamentales, no supondrá cambios en otras. El Govern podrá seguir limitando los horarios y aforos en sectores como el comercio y la restauración. De hecho, el verano pasado ya ocurrió. Balears prohibió el ocio nocturno y fijó la hora de cierre de la restauración.

Precisamente la próxima semana se deben revisar las restricciones vigentes, que impiden la actividad en el interior de bares y restaurantes. Todavía no se ha tomado ninguna decisión al respeto y la situación epidemiológica será determinante para ello.